Un grupo insurgente iraquí hace explotar un coche bomba con dos niños dentro
Los terroristas usaron a los menores como señuelo para pasar un control militar en Bagdad
La perversión del terrorismo está rompiendo moldes en Irak. Un grupo insurgente hizo estallar un coche bomba con dos niños en su asiento trasero, tras haberlos utilizado como señuelo para pasar un control militar. Ocurrió el domingo en Bagdad, la capital. Además de los dos niños, tres adultos murieron en la explosión. La jornada de ayer registró dos operaciones de tropas iraquíes y estadounidenses contra bases insurgentes de Al Qaeda. En la ciudad kurda de Mosul, un camión bomba mató a tres personas, mientras la policía de Bagdad logró interceptar otro vehículo cargado de explosivos.
El episodio del domingo marca una pauta de horror difícilmente superable incluso en Irak. Según explicó el martes el Pentágono, un grupo de soldados estadounidense detuvo a un vehículo en un control militar establecido en Bagdad. "Los dos niños que iban en el asiento de atrás nos llevaron a bajar la guardia, y les dejamos pasar", explicó el general Michael Barbaro, vicedirector de operaciones regionales del Estado Mayor Conjunto. "Tras estacionar el coche, los adultos salieron corriendo y lo detonaron con los niños dentro". Un oficial estadounidense declaró a la agencia France Presse que los terroristas aparcaron el vehículo frente a una escuela. La explosión mató a los dos niños y a tres civiles. Otros siete transeúntes resultaron heridos.
Las tropas iraquíes y estadounidenses prosiguieron ayer sus operaciones conjuntas para poner coto a los actos de violencia. Al menos ocho milicianos murieron y otros 45 fueron detenidos durante una ofensiva contra una base de Al Qaeda en la provincia de Al Anbar, en el oeste del país. El enfrentamiento se desató después de que la policía de Amiriya (a 40 kilómetros de Bagdad) sufriera un ataque con mortero. Los combates se prolongaron durante 10 horas. La policía iraquí se incautó de varios arsenales y material de propaganda. La misma zona fue escenario, el martes, de duros enfrentamientos protagonizados por las tribus locales, que se han unido a las fuerzas de seguridad para combatir a los yihadistas de Al Qaeda infiltrados en la región. Un total de 32 insurgentes, 10 miembros de las tribus y ocho policías murieron en los combates.
Simultáneamente, en Taji, a 20 kilómetros al norte de Bagdad, las tropas estadounidenses destruyeron una fábrica de bombas y mataron a cinco supuestos insurgentes.
En Bagdad, la policía iraquí pudo interceptar un enorme camión bomba aparcado cerca del Ministerio de Finanzas y lo hizo estallar de forma controlada. A pesar de las precauciones, la explosión dañó la autopista Mohamed al Qassim, que une el norte y el sur de la capital, y la fachada de un centro comercial, que estaba vacío por ser un día festivo en Irak.
En la ciudad de Mosul, en el norte del país, un terrorista suicida hizo estallar su camión contra la sede de la Unión Patriótica del Kurdistán. Tres personas murieron y otras quince resultaron heridas, algunas de gravedad.
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