El principal implicado del 'caso Roquetas' alega que usó la fuerza "justa y necesaria"

El juicio por la muerte del agricultor Juan Martínez Galdeano, fallecido en el cuartel de la Guardia Civil de Roquetas (Almería) el 24 de julio de 2005 tras los golpes de varios agentes, comenzó ayer en la Audiencia de Almería. Nueve guardias civiles están acusados de los hechos. El principal implicado, el teniente José Manuel Rivas, que estaba al frente del cuartel, declaró ayer que los agentes le dieron a la víctima "el trato más exquisito posible" y que la fuerza utilizada para inmovilizarlo fue "la justa y necesaria". Rivas usó defensas prohibidas contra Galdeano.

El primer día de la vista oral comenzó con el interrogatorio a Rivas, de 31años. Galdeano murió en el patio del cuartel cuando estaba siendo inmovilizado por varios agentes y después de mostrar episodios violentos propiciados, según la autopsia, por el consumo de alcohol y drogas.

Rivas, que sólo respondió a las preguntas del fiscal y de su defensa, aseguró que Martínez Galdeano llegó al cuartel muy excitado y contó a los guardias civiles que había tenido un incidente de tráfico en el casco urbano con un grupo de personas de etnia gitana. Martínez Galdeano, de 39 años, dijo que sus perseguidores lo querían matar. El agricultor falleció a las 17.40, una hora y 25 minutos más tarde de llegar al cuartel, después de que cuatro guardias civiles lo tirasen al suelo y cayeran sobre su pecho para reducirlo, esposado y con los pies inmovilizados.

A preguntas de la Fiscalía, Rivas aseguró que bajó de su casa en el cuartel, sin estar de servicio, porque vio que la situación "no estaba controlada".

Pese a que las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del cuartel, una de las pruebas principales en la vista oral, captan al teniente con un objeto en la mano, Rivas aseguró no recordar si cogió una porra eléctrica, como sostiene el fiscal Fernando Brea. Durante su declaración se emitió la grabación de las cámaras de seguridad, pero ésta sólo pudo ser vista por los jueces y las partes del caso.

"No recuerdo lo que llevaba en la mano", aseguró Rivas al fiscal. Este pasaje del juicio, en el que las partes estaban viendo la grabación, se desarrolló así:

Fiscal. ¿Qué llevaba usted en la mano derecha?

Rivas. No lo sé.

F. ¿Cómo no lo va a saber? ¿No es eso una defensa eléctrica?

R. Podría ser una defensa eléctrica, no lo sé. Podría ser una radio. Yo ya no me acuerdo.

El teniente, que rehusó sentarse durante su declaración, relató que su intervención se limitó a hablar con Galdeano, que en ese momento se encontraba abrazado al mástil del cuartel, para que entrara a la oficina.

Fuerte ruido

A continuación, aseguró que, tras hacer la consulta a sus compañeros sobre si "había que detenerlo", se fue, pero que media hora después, sobre las 17.10, bajó de nuevo porque había oído un ruido "muy fuerte". "Hubo un forcejeo en los alrededores del coche próximo a la salida de vehículos y sólo puedo identificar a María José porque sangraba abundantemente".

Rivas sí reconoció que, en su segunda intervención, tomó un bastón extensible de su propiedad y una porra eléctrica que estaba en el cuartel. En ese momento, Martínez Galdeano ya estaba esposado y tumbado en el suelo. "Vi que yo sólo, por mis conocimientos, no podía reducirlo porque mis compañeros estaban siendo neutralizados por esta persona. Decidí apoyarme en estos medios de defensa. Cogí un bastón extensible de mi propiedad y ya bajando vi la defensa eléctrica", afirmó. El agente aseguró que llevaba las defensas "como efecto intimidatorio y con la intención de asustar". El teniente aseguró no haber visto "en ningún momento" que otro agente, José Raúl Acuyo, pusiera un pie sobre la víctima.

El teniente también negó que a Galdeano le presionara la espalda cuando estaba boca abajo. La autopsia de la víctima reveló hasta 12 presiones en el tórax ocasionadas por la defensa eléctrica (ocho en el lado derecho y cuatro en el izquierdo) además de la rotura del esternón.

Rivas justificó dicha rotura por las labores de reanimación cardiopulmonar que le practicó el agente José Antonio Moreno, a pesar de que en su primera declaración ante la juez de instrucción dijo que no encontraba explicación a esa fractura. "A mi juicio, el uso que se hizo de la fuerza fue el justo y necesario para evitar lesiones y autolesiones. También nosotros tenemos derecho a la vida y a nuestra integridad física", remachó.

Ayer también declaró otro agente acusado, Antonio Marcos (42 años), quien dijo que Galdeano estaba nervioso y desorientado. "Le pregunté si había tomado drogas y me dijo que sí, que de todo", dijo Marcos. El juicio, para el que se han fijado 10 sesiones, sigue hoy con la declaración de los otros agentes acusados.