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Crónica:Fútbol | 27ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Sevilla no pierde comba

Los de Juande siguen igualados con el Barça tras una trabajada victoria sobre el Celta

El Sevilla no perdió comba con el Barcelona gracias, de nuevo, a la inmensa fe que tiene en sus posibilidades, en lo que se cree capaz de alcanzar. Ayer tocaba padecer. Y padecieron. Marcaron un par de goles de una veintena de intentos, quizá esa sea la peor noticia para los sevillistas, a los que se les empiezan a acumular cansancios, dolores y hartazgos.

El Sevilla es un músico de gran categoría. Su trabajo mana de una elaborada partitura que interpreta con las variaciones que le capacita su virtuosismo. En el juego del Sevilla siempre resulta reconocible lo que se interpreta y también siempre la audiencia espera el disfrute en la interpretación que aporten los distintos solistas. En ese sentido, el Sevilla sigue siendo el Sevilla que compuso Juande Ramos, lo que quizás sí que ha variado es el momento y el nombre de los protagonistas.

SEVILLA 2 - CELTA 0

Sevilla: Palop (Cobeño, m. 46); Alves, Aitor Ocio, Escudé, David; Navas, Maresca, Martí, Adriano (Puerta, m. 80); Kanouté (Poulsen, m. 61) y Kerzhakov. No utilizados: Dragutinovic, Hinkel, Duda y Chevantón.

Celta: Pinto; Vila (Bamogo, m. 60), Yago, Lequi, Placente; Gustavo López (Jorge, m. 78), Ángel, Tamas (Jonathan, m. 46), Nené; Canobbio y Baiano. No utilizados: Esteban; Areias, Dani Ábalo y Perera.

Goles: 1-0. M. 51. Kanouté, de penalti. 2-0. M. 93. Kerzhkov recibe de Maresca, se interna en el área y bate a Pinto.

Árbitro: Rubinos Pérez. Expulsó a Canobbio por juego peligroso (m. 73). Amonestó a Gustavo López, Jonathan y a Placente.

Unos 40.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.

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Palop y Kanouté, lesionados

Daniel Alves es un jugador de tal peso específico que ha trasladado gran parte de la gravedad del conjunto sevillista hacia donde él actúa. Dada su calidad y su capacidad de resolver situaciones de lo más variopinto y de la forma más insospechada, su protagonismo suele ser sinónimo de sorpresa, agilidad, abundancia de opciones. Al mismo tiempo, cuando el lateral derecho brasileño es el actor principal de las acciones de ataque del cuadro dirigido por Juande Ramos, tan sólo puede interpretarse como la ausencia de inspiración de algunos de sus compañeros más señeros y significados, de lo justo de las fuerzas para hacer lo que se les pide. Y ayer Alves se vació. Los sevillistas achucharon en el arranque como acostumbran a achuchar en todos los inicios de los partidos. A los tres minutos, encadenaron tres tiros -Alves, Maresca y David Castedo- que rebotaron en distintos zagueros célticos. Pero los futbolistas del Celta se lo esperaban y no llegaron a perderse de su objetivo. Un pelotazo cayó en los pies de Baiano que con dos regates sublimes dejó a Escudé en la cuneta pero no levantó la cabeza antes de disparar y lo más que consiguió fue un pelotazo a Palop.

El ataque sevillista seguía siendo más frecuente y esplendoroso, pero igualmente romo. Kanouté sufre de fuertes dolores por una lesión de pubis, cada partido que disputa supone un pequeño calvario. Ayer acabó sustituido en la segunda mitad, pero antes había intentado hacer su trabajo. La parte más pedestre de su trabajo en el Sevilla, la que consiste en bajar balones altos con la cabeza y servir de pared en las combinaciones en la frontal del área. Ya hace semanas que no llega en ventaja a la hora del remate final y cada vez lo intenta menos. No faltó su gol, aunque fuera de penalti.

El ruso Kerzhakov intentó suplir con sus ganas y su bullicio lo que no alcanzaba a hacer Kanouté, pero no es lo mismo. El ruso siempre pide la pelota y participa en todas aquellas jugadas en las que puede. Algunas de ellas de mucho mérito, como el taconazo con el que dejó a Martí un disparo franco sobre la puerta de Pinto a los veinte minutos de partido. Poco después estuvo cerca de marcar de cabeza y no dejó de correr y ofrecerse en ningún momento. Su trabajo se vio premiado al final con un gol. Un buen gol. Pase de Maresca, regate de libro al defensa y a la red.

El Celta seguía a la espera de un balón perdido, tan perdido y dañino como una bala que se pierde, que llegara a sus delanteros para que ellos se apañaran. Y no legó. Lo más que consiguieron fue forzar a Cobeño a redondear su inesperada participación con una gran parada.

El conjunto sevillista está demostrando mayor profundidad de la que se le suponía. Tras el viaje y la fatigosa épica en Ucrania el jueves, Juande Ramos fue capaz de plantar una alineación ganadora. Quizá no todo lo armoniosa que ya se le presume, pero resolutiva. Se mire por donde se mire, una trayectoria impresionante la de este equipo.

Kanouté, rodeado de contrarios.
Kanouté, rodeado de contrarios.PÉREZ CABO

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