Convertir el riesgo global en oportunidad local
El reto de las empresas globalizadas se centra en prevenir las amenazas externas y saber gestionar la diversidad interna
El mundo es cada vez más pequeño y el mercado de las empresas cada vez más grande. El imparable proceso de globalización económica trae consigo ciertos riesgos que a su vez pueden convertirse en oportunidades para aquellas compañías que sepan gestionar la diversidad interna de sus organizaciones, así como prevenir las amenazas externas económicas, medioambientales, geopolíticas, sociales y tecnológicas, según un reciente informe elaborado por el grupo Marsh & McLennan, presentado en el pasado Foro de Davos. Sin embargo, cerca del 80% de los empleados de las corporaciones multinacionales percibe que sus líderes están gestionando "de forma inadecuada" los retos asociados con la globalización, según un estudio internacional de la escuela de negocios EADA. Entre otras conclusiones, se estima que muchas compañías españolas desaparecerán a lo largo de la próxima década si no comienzan a cambiar su modelo de negocio basado en la producción de escaso valor añadido.
"El mundo empresarial está falto de líderes que sepan gestionar las relaciones entre empleados de países diferentes", afirma Dinwoodie
"El aleteo de una mariposa en Madrid puede desencadenar un huracán en el golfo de México". Se trata de un ejemplo del denominado efecto mariposa, incluido en la famosa teoría del caos, cuya interpretación científica -desarrollada en los años sesenta y setenta por el meteorólogo Edward Lorenz y el físico Mitchell Feigenbaum- sostiene que, "aunque la realidad no es mecánica ni lineal, está demostrado que existe un orden en los acontecimientos aparentemente aleatorios que vienen determinados por una cadena infinita de causas y efectos, muchos de los cuales se escapan a la comprensión del hombre y la ciencia".
En otras palabras, el crecimiento económico de China, el conflicto de Oriente Próximo o las decisiones que pueda tomar el Gobierno de George Bush tarde o temprano pueden afectar a la salud de las empresas españolas, sobre todo a las que aspiran a convertirse en operadores globales, sostiene Álvaro Milans del Bosch, director de riesgos financieros de la firma global Marsh.
Entre otras iniciativas para hacer frente a los posibles riesgos, Milans del Bosch recomienda a las empresas "definir un plan de continuidad de negocio que ponga a salvo la información crítica en caso de ser víctima de alguna tragedia inesperada, fruto de actividades terroristas o del cambio climático", entre otras amenazas cada vez más "reales". El incremento de las temperaturas, por ejemplo, ha arruinado parte del negocio agrícola español, que en las últimas campañas ha perdido más de 250 millones de euros por las producciones frustradas de plátanos, cítricos y cereales.
En cambio, debido a este exceso de calor, a lo largo de 2006 la demanda energética creció el 15,4%. "Riesgo y oportunidad son dos caras de la misma moneda; todo depende de la visión global de la dirección de las empresas", destaca Milans del Bosch. "Frente a esta situación de incertidumbre", concluye, "cada vez son más las empresas que sientan a sus asesores de riesgos en la mesa de decisión de su estrategia".
Entre otras amenazas menos visibles, pero igualmente peligrosas, se encuentra la de la innovación tecnológica. "Puesto que España ya no puede competir por precios es imprescindible que cambie su modelo de negocio basado en la producción de escaso valor añadido, como en el caso del sector textil o el de los componentes
señala David Dinwoodie, director general adjunto de la Escuela de Alta Dirección y Administración (EADA). Lo cierto es que la exportación tecnológica española tan sólo representa el 0,64% de la exportación tecnológica mundial, mientras la Unión Europea de los Quince representa el 37,5% y Estados Unidos, el 18%.
El conflicto multicultural
Gestionar todo este proceso de prevención y cambio no es fácil. "La internacionalización empresarial conlleva encontrar el equilibrio entre la alineación de la plantilla con los objetivos globales y la adaptación de sus directivos a la realidad de cada uno de los países donde pretenden competir", afirma Dinwoodie, responsable de los cursos de formación sobre cómo gestionar la globalización de la EADA.
En su opinión, además de los riesgos externos señaladas por Marsh, "uno de los factores que está desmoronando la actividad global de las multinacionales es la gestión de la diversidad multicultural". Ahora mismo, "el mundo empresarial está falto de líderes que sepan gestionar y armonizar las relaciones entre los trabajadores de países con idiomas y culturas diferentes".
En 7 de cada 10 multinacionales el principal conflicto se produce dentro de la propia organización, según un estudio de la EADA, basado en una encuesta realizada a más de un centenar de grandes corporaciones en 12 países diferentes. Ése es el gran reto: "Crear una profunda cohesión laboral que esté por encima de las superficiales diferencias".
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