_
_
_
_

Rabat anuncia la detención de 18 cómplices del terrorista suicida

Marruecos busca a otros seis implicados en la explosión de Casablanca

Dieciocho cómplices del terrorista que se suicidó el domingo en Casablanca han sido detenidos y otros seis están en busca y captura. El dato fue proporcionado ayer por el portavoz del Gobierno de Marruecos, Nabil Benabdalá, al término de una reunión del Consejo de Ministros. En ella el ministro de Interior, Chakib Benmoussa, hizo un informe oral ante sus colegas e insistió en que era necesario permanecer alertas.

Abdelfetá Raydi, de 23 años, accionó la carga explosiva adosada a su cuerpo el domingo por la noche en un cibercafé de Sidi Mumen, una barriada de Casablanca. Causó su muerte e hirió a otras cuatro personas, una de ellas su cómplice, que también llevaba un cinturón con explosivos.

El cibercafé no era el blanco de ese atentado ni del que proyectaba el compinche de Raydi. Los objetivos eran instituciones públicas y empresas. De ahí la alarma social que provocó en Marruecos el acto terrorista, que recuerda al que ya padeció Casablanca en 2003. Entonces hubo 45 muertos, la mayoría en la Casa de España.

Además de los supuestos cómplices de Raydi, la policía halló 200 kilos de explosivos en una casa de Ben Msick, otra barriada popular de Casablanca, utilizada por los terroristas que actuaron en el cibercafé, según informó la prensa marroquí.

El subgobernador de la ciudad, Mojtar Kacimi, matizó un poco la importancia de este hallazgo. Explicó que el material requisado, sobre todo nitrato y acetona, está en venta libre en las droguerías, pero que mezclado puede servir como explosivo artesanal.

Si la violencia islamista no ha hecho hasta ahora más estragos en Marruecos es porque los islamistas radicales no consiguen introducir en el país armas ni explosivos militares, según señalan expertos en la lucha antiterrorista. Los integristas se ven obligados a recurrir a las armas blancas para atacar a sus víctimas.

El primer ministro, Driss Jettu, abrió la reunión ministerial con una condena del atentado "instigado por los adeptos del extremismo y del oscurantismo", es decir, los islamistas radicales.

Mientras tanto, el Gobernador de Casablanca, Mohamed Kabbaj, se desplazó al hospital Mohamed V para entregar a tres de los heridos "mensajes de compasión" del rey Mohamed VI. Uno de los heridos, Mohamed Faiz, es el hijo del dueño del cibercafé que se enfrentó a los terroristas porque tecleaban con tanta fuerza que dañaban el periférico del ordenador.

En el hospital se dio lectura a los mensajes reales. El público allí congregado "imploró al Todopoderoso que preserve al Soberano para garantizar el bienestar de su pueblo fiel y que conceda a los heridos una pronta curación", según relató la agencia de prensa marroquí MAP.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_