El Rey afirma que España y Argelia están llamadas a entenderse
Don Juan Carlos centra las relaciones en el sector "estratégico" de la energía
El rey Juan Carlos se despidió ayer de Argelia con una clara admonición al entendimiento con España, porque así lo exigen las respectivas economías; sobre todo, a partir del sector energético, en el que España depende del vecino del sur, al tiempo que le sirve de puente hacia Europa. Argelia, España y la propia UE "están llamadas a entenderse", dijo el monarca. El planteamiento económico de esta última jornada resume bien un viaje que ha puesto de manifiesto el empeño de cooperar, pese a las diferencias en el conflicto del Sáhara.
El presidente argelino elude referirse al Sáhara durante la visita de los Reyes
El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, hizo un planteamiento similar el pasado martes, cuando, en el discurso del banquete oficial, dijo que la elevación del diálogo político y de la cooperación económica "a un nivel jamás alcanzado en el pasado nos autoriza a partir de ahora a concebir las relaciones argelino-españolas con confianza, optimismo y ambición".
Buteflika no ocultó, sin embargo, en una entrevista publicada por EL PAÍS ese mismo día, que las posiciones en torno al conflicto regional clave que plantea la ex colonia española son distintas. Durante la visita evitó aludir públicamente al tema. El Rey sí reiteró que España quiere una solución estable y consensuada, que dé cauce a la autodeterminación en el marco de Naciones Unidas. Pero se cuidó de repetir el llamamiento lanzado la semana pasada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en Rabat para que las partes dialoguen sobre la propuesta marroquí de una autonomía saharaui que excluye la independencia. Esa invitación, que la parte española quisiera hacer compatible con el derecho de autodeterminación, cosa que el Polisario y Argelia rechazan, marca el límite del desencuentro.
La visita concluyó, pues, con el mensaje de que esa divergencia no puede condicionar el futuro de unas relaciones mucho más consistentes y amplias. También la visita a Argel del presidente se cerró el pasado diciembre en la misma línea, de modo que la conclusión de entonces ha podido al menos ser renovada, a pesar de que el último paso de Zapatero por Rabat agitó notablemente las aguas.
Buteflika se desplazó ayer a Orán para acompañar a los Reyes durante las seis o siete horas que pasaron en esa ciudad, que fue española en el siglo XVI y siempre refugio de españoles, incluidos muchos republicanos. Los oraneses dedicaron a los soberanos el recibimiento popular y colorista que Argel no les podía dar.
Antes, don Juan Carlos clausuró en la capital un foro empresarial hispano-argelino que ha ilustrado la densidad de las relaciones económicas. Los intercambios comerciales han crecido en los últimos 10 años, sobre todo tras la entrada en vigor del Acuerdo de Asociación de Argelia con la Unión Europea, de 1.500 a 5.500 millones de euros. La inversión española crece asimismo, aunque en proporciones más modestas. El problema para Madrid es el abultado déficit, de casi 3.500 millones de euros, que se deriva de la factura energética.
El gas es, en efecto, la savia de estas relaciones. España importó en 2005 combustibles y aceites minerales argelinos por un valor de 3.698 millones de euros, que representan un 7,14% del total de las exportaciones de energía de Argelia. El vecino del sur ha llegado a suministrar cerca del 60% de las necesidades españolas de gas, aunque la proporción actual se sitúa en torno a un razonable 30%. Pero está llamada a volver a aumentar en 2009, cuando lleguen a través del gaseoducto que se construye entre Orán y Almería 8.000 millones de metros cúbicos adicionales a los 9.000 millones que se reciben ahora.
Las cifras muestran una sólida interdependencia, que ninguna de las partes puede ignorar y esto explica que en el foro de ayer estuvieran tanto Salvador Gabarró, presidente de Gas Natural, como Antonio Brufau, presidente de Repsol-YPF. Los empresarios españoles acogieron con preocupación en 2005 la reforma de la ley argelina de hidrocarburos, que ha reducido sus concesiones y elevado sus cargas fiscales.
Gas Natural está inmersa en una compleja negociación con la estatal argelina, Sonatrach, que abarca desde las actividades de ésta en España hasta la participación de la española en el nuevo gaseoducto, pasando por un aumento del precio del gas que se recibe a través del gaseoducto que corre a través de Marruecos. Por no contaminar la visita de los Reyes, ni Gabarró ni Brufau quisieron comentar ayer la publicidad dada a estas negociaciones por el ministro argelino de la Energía, Chakib Khelid, la víspera de la llegada de los soberanos. Tanto el ministro de Industria, Joan Clos, como el de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y el propio Khelid se han mostrado seguros de que se llegará a un acuerdo, sin perjuicios para el consumidor. Pero nadie sabe muy bien por qué el argelino hizo público el problema.
Iberdrola, Técnicas Reunidas, Abengoa, Acciona, Indra, Sener o Isolux son algunas del medio centenar de empresas españolas que acudieron también a Argel, para aprovechar las oportunidades que ofrecen los planes argelinos de infraestructuras. Juan Villar Mir, presidente de OHL acompañó a los Reyes a Orán durante la visita a una gran fábrica de amoniaco que construye el grupo español con una inversión de 889 millones de euros. Es uno de los proyectos que contribuirá a reequilibrar la balanza.
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