Detenidos dos escoltas privados por amenazar a su protegido

La policía ha detenido en Barcelona a dos escoltas privados acusados de lanzar amenazas telefónicas a un importante empresario catalán del sector inmobiliario. Se da la peculiar circunstancia de que los dos arrestados -Javier M. M., de 42 años, y Adoración T. V., de 46- habían trabajado con anterioridad al servicio del empresario, que había recibido múltiples amenazas de muerte.

Javier y Adoración mantienen una relación sentimental y, según sus compañeros de trabajo, pasaban dificultades económicas. De modo que decidieron utilizar la información a la que tuvieron acceso durante su etapa como escoltas para amedrentar al protegido y a varios miembros de su familia. El objetivo de la pareja, experta en artes marciales y defensa personal, era que el amenazado volviera a contratar sus servicios para sentirse seguro.

Las amenazas las efectuaban desde teléfonos móviles con identidad oculta. Según informó la Dirección General de Policía y Guardia Civil, los destinatarios de esas llamadas eran personas cercanas al entorno de la víctima. La pareja, que conocía los motivos por los que la víctima se sentía insegura, exigían una determinada suma de dinero para que cesaran las amenazas. Para resultar más convincentes, los extorsionadores llegaron a enviar mensajes amenazantes a sus propios teléfonos. Después se los mostraban al empresario.

Al margen de la policía

Hubo incluso un intento fallido para cobrar el pago. Pero Javier y Adoración ya habían puesto en marcha una estrategia paralela, por si la de la extorsión no salía adelante: volvieron a ofrecer sus servicios al individuo de forma particular, ya que habían sido retirados por la empresa de seguridad. El 28 de febrero, la pareja propuso a la víctima solucionar por sus "propios medios" y al margen de las fuerzas de seguridad el "problema". En un tono mafioso propio de algunas películas, los escoltas aseguraron a la víctima que si confiaba en ellos, el problema quedaría resuelto en breve y las amenazas desaparecerían como por arte de magia.

El pasado día 7, los escoltas fueron detenidos. Tras el arresto, la policía registró el domicilio de la pareja, ubicado en el interior de un gimnasio de artes marciales, en la calle de Lepanto de Barcelona. En ese peculiar gimnasio-vivienda, los agentes encontraron varios móviles, tres pistolas, anotaciones sobre el empresario y su familia, así como 28.250 euros en billetes pequeños.

La investigación se inició, en realidad, cuando la empresa de seguridad privada que contrató los servicios de Javier y Adoración detectó "cosas raras" en el comportamiento de los dos individuos, según explicó ayer a este diario uno de sus responsables. "Mostraban excesivo interés en ciertos datos sobre el empresario y hacían demasiadas preguntas", detallaron las mismas fuentes. La empresa decidió retirarles del servicio al mes y medio de comenzar y les denunció a la policía.