El caos de Pruna
El futuro de 700 casas divide a los partidos del municipio sevillano
La construcción de 700 casas ha sembrado la cizaña entre los partidos políticos de la villa de Pruna, al sur de Sevilla y con la renta per cápita más baja de la provincia. Un malentendido sobre si cumplían o no los requisitos del POTA dieron al traste con el consenso que mantenían.
Los once miembros del Ayuntamiento -la alcaldesa socialista y sus cuatro concejales, cuatro de IU y dos del PP- dimitieron, de común acuerdo, el pasado martes.Unas horas después, presionados por su partido, la alcaldesa y sus concejales volvieron al gobierno.
Al parecer, la alcaldesa dijo a los otros grupos que el PGOU que preparaban desde 1995 iba a ser rechazado por la Consejería de Obras Públicas. "Estábamos preocupados por el pueblo, la alcaldesa llevaba 20 días contando casas y haciendo números para no rebasar los límites de crecimiento permitidos por el POTA. Por eso tomamos esa decisión, entre todos", explican los portavoces del PP e IU, Diego Toledo y Juan García.
Ayer, ante una turbada oposición, la regidora María Eugenia Rodríguez anunció, escoltada por dos secretarios comarcales del PSOE, que había "reconsiderado" su dimisión y postergaba, visiblemente azorada la reunión en la que debía dar explicaciones. Por su parte, IU y PP aseguraron que no volverán al ayuntamiento hasta que obtengan garantías de que la Junta aprobará el plan.
El desconcierto de la oposición fue en aumento cuando Obras Públicas anunció que el PGOU prunense cumple la normativa del POTA y que el plan no ha sido rechazado porque, entre otras cosas "aún no pasado por la Comisión Provincial de Urbanismo".
Requisitos cumplidos
Según Obras Públicas, "sólo hay que ajustar la programación del crecimiento poblacional". Es decir, que las 700 viviendas se adecuen al máximo establecido de aumentar un 40% en ocho años, lo que se puede hacer ampliando este plazo a 10 o 12. Así, el crecimiento poblacional "irá acompañado de las infraestructuras necesarias". Por lo demás, Pruna cumple ya con los requisitos establecidos.
¿De dónde salieron las informaciones contrarias? La alcaldesa no quiso aclarar a este periódico el origen de la confusión. Mientras, fuentes extraoficiales apuntan que ha podido ser producida por "algún interesado que se ha aprovechado de la candidez de los gobernantes". Algunos vecinos esperaban llenos de dudas frente al ayuntamiento. Lo que querían saber es qué pasará con las más de 100 viviendas construidas sobre suelo rústico y en situación ilegal, algo que el PGOU pretende solucionar.
Antonio Jiménez es uno de los afectados. Construyó su casa hace dos años "con permiso del ayuntamiento", dice mientras blande los papeles que lo demuestran. Ahora no consigue la escritura por lo que pedir una hipoteca le es imposible. Como él se encuentran más de 60 familias, en muchos casos jóvenes cuyos padres han tenido que hipotecar sus casas para afrontar los gastos de su vivienda.
Además, Pruna es un municipio emigrante, como recuerda una estatua frente al Consistorio. De sus 3.000 habitantes, la inmensa mayoría de jóvenes trabaja fuera. Van a la hostelería de Marbella, recogen la fresa de Huelva, la aceituna de Jaén y Córdoba, los espárragos de Navarra y la vendimia en Francia.
Juan Antonio Mejía, de 28 años, quiere construir su casa en Pruna. Ya ha conseguido el solar, le falta la escritura para pedir un crédito. García y Toledo aseguran que el PGOU le permitirá conseguirlo, además de que creará mano de obra para que los prunenses no tengan que emigrar: "Sólo queremos darle vida al pueblo, que vaya para arriba".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.