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4.000 escoceses sin entrada alertan a la policía en Pamplona

La afición del Glasgow Rangers pasa por ser una de las más fieles de Europa. El pasado año, por ejemplo, 7.000 ruidosos escoceses tomaron Vila-Real, donde su equipo disputaba también los octavos, pero de la Liga de Campeones. Hoy (Reyno de Navarra, 20.45 horas, C+), en octavos y en la Copa de la UEFA, la cifra superará los 6.000. Pamplona ya se ha preparado para tratar de evitar incidentes. Más de 400 agentes, entre Policía Nacional y Guardia Civil, velarán por la seguridad. Además, por primera vez, el Reyno de Navarra será acordonado y las personas que no porten entrada no podrán acercarse a más de 400 metros de sus puertas.

De los supporters del Rangers, sólo unos 1.500 han conseguido entradas a través del club. Unos centenares también la conseguirán, pero en la reventa de las entradas de los socios osasunistas, por las que están pujando con hasta 300 euros por localidades que cuestan 20. El resto, estimado en más de 4.000, se desplazarán para tratar de adquirir alguna, aunque ya nadie parece dispuesto a quedarse sin asiento en una oportunidad única para Osasuna que, en el caso de clasificarse, lograría llegar a su cima histórica en competiciones europeas.

El Ayuntamiento de Pamplona también se ha encargado de levantar una carpa en la plaza del Castillo, punto neurálgico de la ciudad, para informar a los escoceses sin entrada de las opciones que ofrece la ciudad y, sobre todo, de los bares que cuentan con pantalla gigante para ver el choque.

Sin embargo, a Osasuna no le importa la marea azul de los de Glasglow. Para los locales, la mayor prevención viene de saber si serán capaces de aguantar la exigua renta de que disponen. Ya les ocurrió en Escocia la pasada semana y el domingo en su campo. En ambos encuentros regalaron un empate en el descuento, cuando todo estaba ganado. Ésta es la obsesión de Ziganda, que espera un rendimiento óptimo de sus futbolistas. No ha querido dar pistas sobre la alineación, en la que sólo el meta Ricardo y el delantero Webó, ante las bajas de Milosevic y Soldado, parecen titulares. Al técnico escocés, las bajas también le han influido. Hoy, Stefan Klos, veteranísimo portero alemán, volverá a contar con la que puede ser su última gran oportunidad en el fútbol internacional. Campeón de una Liga de Campeones y una Intercontinental en 1997 con el Borussia Dortmund y uno de los estandartes del conjunto escocés durante el último lustro, ha pasado más de dos años lesionado. Ahora, a la sombra de Allan Mc Gregor, sancionado para los dos encuentros contra Osasuna, el alemán de 35 años tratará de despedirse con decoro de las competiciones europeas.

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