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Reportaje:

El sueño del africano

Sunny, un nigeriano al que un agente embaucó con 16 años, ya está en el equipo sub 19 español

José Marcos

Vía sms, un rayo de esperanza corrió como la pólvora el pasado miércoles entre las comunidades africanas de Lavapiés, Alcorcón, Pinto... "¡Sunny ya es español!", "¡Sunny jugará con España!". La historia de Stephen Sunday (Lagos, Nigeria; 18 años) es la del continente africano. Tirado en la calle por un agente sin escrúpulos con 16 años, el pivote defensivo fichó, después de mil azares, por el Polideportivo Ejido. El técnico de la selección sub 19, Ginés Meléndez, apenas esperó a que recibiera el pasaporte dos días antes. En cuanto lo supo, le incluyó en la convocatoria para dos partidos amistosos contra Portugal: mañana, en el estadio municipal do Cartaxo; el jueves, en Rio Maior.

El pivote defensivo ha pasado de jugar descalzo en las calles de Lagos a fichar por el Poli Ejido

"Le seguíamos desde mucho antes. Es un jugador tan prometedor... Y no sólo eso. Habrá más como él. Los inmigrantes son el futuro. Dentro de pocos años habrá tantos en la selección como hay ya en la francesa", augura Meléndez, que, antes de preparar la concentración en Santarem, muy cerca de Lisboa, estuvo al quite en la Meridian Cup, en Barcelona. Viendo portentos de otras razas. Meléndez no exagera: Antwi Godwin, central del Liverpool con antepasados en Ghana, debutó hace un par de semanas en el Torneo del Atlántico, en Las Palmas. Otro ya habitual en las listas, con un Europeo juvenil a sus espaldas, es Emilio Nsue López, del Mallorca.

"España ha sido la primera en llegar y era una oferta que no podía rechazar", proclama Sunny antes de su viaje a la capital lusa. Irradia felicidad a través del hilo telefónico. "Yo ya estaba muy satisfecho con mi nuevo pasaporte español, pero, cuando Juan José Melero [director deportivo del Ejido y su tutor hasta que cumplió la mayoría de edad] me comunicó que me habían convocado, sentí algo muy fuerte", cuenta el medio, al que ya comparan con Makelele.

Su sueño crece y crece. "¡Si hace tan poquitos años jugaba descalzo en Lagos hasta que me dieron unas botas en la academia de Taribo West!", recuerda. Más trágica fue su primera experiencia al pisar Europa. Un agente sin escrúpulos le embaucó en el aeropuerto de París-Orly. La tierra prometida se convirtió en un infierno. Sunny se había lanzado al vacío. Sin red. "Eso ya es agua pasada, aunque mi familia se gastó todos los ahorros para el pasaje: ¡900 dólares!", se espanta. Tirado en la calle, sus paisanos Elvis y Lloyd, por medio de unos conocidos del Barrio Latino, le dieron asilo en Madrid. "Le prometieron Eldorado y picó el anzuelo", relata su representante actual, Rodrigo Lovelle, que le descubrió en un amistoso del Rayo Vallecano con un grupo de nigerianos. De ahí al Ejido, un paso.

"Tiene unas grandes cualidades. Aparte de su físico, distribuye muy bien el balón", dice Pepe Mel, entonces preparador del cuadro andaluz y ahora en el Rayo. Ante todo, Mel pide prudencia: "Lo recibí hace dos veranos y fue determinante en el ascenso del Poli B a Tercera... Aunque insisto: dejémosle madurar". De momento, Betis, Getafe, Madrid y Valencia ya han mostrado su interés por él. "Doy gracias a Dios, pero quedan tantos hermanos como yo... Sé de varios sin papeles en Italia", concluye el nuevo jugador español.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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