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El problema de la vivienda

Una discapacitada de Alicante espera desde hace 15 años una vivienda oficial adaptada

Una joven paralítica cerebral vive con su familia en un primer piso sin ascensor

Además de las estrecheces de su modesto status económico, la familia Bas-Ruiz, de Alicante, afronta otra dificultad añadida: la convivencia en una vivienda hostil para las necesidades de su hija Beatriz, de 25 años, que sufre una parálisis cerebral del 75%. La familia reclama sin éxito desde hace 14 años una vivienda de protección oficial adaptada a la minusvalía de Beatriz. "Necesitamos urgentemente esa casa. Mis padres ya son mayores, y Beatriz no puede pasarse todos los fines de semana y vacaciones recluida en casa", sostiene su hermana Raquel, de 27 años, que ha se ha erigido en portavoz de la familia.

"Tenemos que subirla a pulso por las escaleras. Y el baño es tan pequeño (1,60 metros por 2) que cada dos por tres se nos cae al suelo"
Cuando Zaplana presidía la Generalitat, un responsable de Vivienda les anunció un piso en la Gran Vía del que nunca más tuvieron noticia

El domicilio de esta familia, un primer piso sin ascensor, del número 11 de la calle del Doctor Ángel Tello Ortiz, es el más adverso entorno para las necesidades y cuidados que requiere la joven Beatriz, internada desde hace siete años en el centro de parálisis cerebral Infanta Elena. "Tenemos que subirla a pulso por las escaleras. Y el baño es tan pequeño (1,60 metros por 2 metros) que cada dos por tres, se nos cae al suelo", asegura Raquel.

Otro problema añadido que se le presenta a la familia en sus rutinas diarias se produce los lunes, cuando acaba la estancia de Beatriz en casa en el domicilio familiar y tiene que volver al colegio. "Entonces tenemos que bajarla cada lunes sobre las siete de la mañana cuando mi padre se va a trabajar, dos horas antes de que llegue el autobús a la puerta para trasladarla al colegio", explica la hermana.

Antes de llegar a esa vivienda, la familia compartió piso con otros parientes. "Era una casa con dos dormitorios, y éramos 11, nos turnábamos para dormir", añade la joven.

Al instalarse en el actual domicilio en régimen de alquiler, la familia de Beatriz comenzó su carrera en pos de una vivienda oficial, preferentemente un bajo adaptado a la situación de Beatriz. "En el año 2000, se nos ofreció un piso en el barrio de las Mil Viviendas, pero lo rechazamos porque era muy reducido. Sólo dos habitaciones, cuando al menos necesitamos tres, una sólo para los aparatos y sillas adaptadas de Beatriz", razona su hermana.

"A continuación, me dirigí personalmente al entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, para exponerle mi problema. Me respondió en persona el máximo responsable de vivienda del Consell y nos dijo que nos adjudicaría un piso en la Gran Vía. Pero de eso nunca más supimos, y esos pisos ya están ocupados", relata.

En agosto del año 2004, el Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA) les comunicó que excluía a la familia de la lista de aspirantes a VPO porque el alquiler que actualmente paga es inferior a un 30% de los ingresos anuales del solicitante.

"El único ingreso fijo es el de mi padre, que gana unos 600 euros al mes como dependiente. Yo aporto en función de los trabajos temporales que me van saliendo", explica Raquel.

El IVVSA volvió a incorporar la familia a la lista un año después. Pero en los dos últimos años tampoco le ha facilitado ninguna vivienda. "Mis padres se hacen mayores, yo estoy pensando en independizarme y mi hermana necesita un apoyo constante y, sobre todo, una casa adaptada a sus necesidades. No cejaré hasta lograrlo", dice en tono sereno pero enérgico.

"En breve voy a pedir una entrevista con el alcalde", apostilla. Raquel también ha presentado una denuncia ante la Sindicatura de Greuges. A finales del pasado mes de febrero, la Síndic firmó una resolución en la que solicitaba a la Administración el expediente de la petición de vivienda oficial de esta familia.

Aparte de la denuncia a la Síndic, la hermana de Beatriz está dispuesta a mantener su batalla en pro de una vivienda digna para su familia, denunciando su problema ante todas las instancias públicas, entre ellas, la alcaldía de la ciudad que preside el popular Luiz Díaz Alperi. Raquel asegura que en breve pedirá una entrevista con el regidor para transmitirle la situación y la urgencia de buscar una solución que ya se ha demorado bastante.

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