"Éste es un negocio frío, crudo y duro"
La sexta temporada de Pau Gasol (Sant Boi de Llobregat, Barcelona; 1980) en la NBA es la más convulsa de su carrera. Empezó con una lesión -en el Campeonato del Mundo, que ganó con España-, que le impidió jugar hasta mediados de diciembre. Su equipo no ha funcionado pese a que él ha mejorado los números con los que reivindica su profesionalidad y su compromiso. El miércoles se convirtió en el máximo anotador de la historia de los Grizzlies con 7.809 puntos, superando a Shareef Abdur-Rahim, y el viernes llegó a los 7.819. En Toronto se reencontró con sus compañeros de selección José Manuel Calderón y Jorge Garbajosa, rivales con los Raptors. Los Grizzlies, que perdieron, llevan 48 derrotas y 15 victorias, la peor marca del curso.
"La situación, por mi posible traspaso, ha sido muy incómoda para mí anímica y mentalmente debido a las críticas. La tensión me la tragué yo"
"Que mi juego y mis números hablen por mí. Al fin y al cabo, cada uno mira por sí mismo y ya está. Cuando acabe la temporada, evaluaré, pensaré y actuaré"
Pregunta. Una expresión inglesa alude a lo difícil que es volver a meter la pasta de dientes en el tubo. ¿Definiría así la situación por la que atraviesa?
Respuesta. Mi situación es ahora tranquila después de todo el revuelo sobre si era traspasado o no. No ha sido bueno para el equipo ni para la franquicia. Ha habido mucha inestabilidad. Pero ya estoy más tranquilo, con la cabeza donde debo tenerla. Ahora, a jugar y a acabar la temporada lo mejor posible. He pasado momentos difíciles, pero ahora sólo dejo que mi juego y mis números hablen por mí.
P. ¿Qué fue lo que pasó?
R. La situación del equipo ha sido muy complicada, sobre todo por las derrotas. Hubo un cambio de entrenador. Cuando teníamos a [Mike] Fratello, el vestuario estaba mal. Con un nuevo técnico [Tony Barone] , toca un cambio de filosofía. Al principio, va bien, pero después..., bueno, seguimos teniendo a los mismos jugadores, ¿no? Perdimos a Jones [Eddie], sufrimos muchas lesiones, el propietario quiso vender el equipo, no sabemos si seguirá el mánager general [Jerry West]... Son tantas cosas que parece una situación caótica. Yo tuve unas conversaciones con el propietario y el mánager para expresar mis sentimientos ante todo eso y apareció un artículo al respecto en The New York Post. ¿Qué sucedió? Me pasó a mí toda... No sé... ¿Cómo diría?
P. ¿La presión?
R. Sí; la presión y la patata caliente, ¿no? Todos los ataques se dirigieron hacia mí y la gente se olvidó de lo demás, lo importante. La tensión me la tragué yo. Ha sido una situación incómoda por las críticas. Decían que algunos aficionados estaban en desacuerdo conmigo y ya no me daban su apoyo... Ha sido también una situación difícil hasta hace poco. No sabía si seguiría aquí [en Memphis] o en otro equipo el resto del curso. Para mí, era una situación complicada a nivel mental y anímico. Pero eso ya ha pasado a la historia.
P. Pero al pez grande se le ha quedado pequeña la pecera. ¿Pidió que le traspasaran en esa reunión?
R. Nunca he aceptado o negado esta afirmación. No lo he dicho nunca porque mantuve unas conversaciones confidenciales, privadas, con dos personas del máximo rango en mi organización. Simplemente, expuse mis sentimientos, lo que pensaba, y ellos me dijeron lo que pensaban ellos. Nunca he dicho nada sobre aquellas conversaciones. Pero las dos personas con las que conversé, directa o indirectamente, han desvelado lo que hablamos. Considero aquello privado y personal.
P. ¿Le ha dolido eso?
R. No; eso te hace ver que esto es un negocio frío, duro y crudo. Al fin y al cabo, cada uno mira por sí mismo y ya está. No hay más.
P. Eso es descorazonador, aunque sabía que esto funciona así.
R. Sí, ya lo sabía. Pero, claro, no lo había vivido nunca en mis carnes. Esta situación, para mí, era nueva. Pero no buscaba ni compasión ni comprensión. Las cosas vinieron así y ya está. Y quiero llevarlo lo mejor posible. He superado la situación bastante bien en muchos sentidos. Quiero seguir jugando. Sé el tipo de jugador y de persona que soy y continuaré ayudando a mi equipo a ganar partidos porque es lo que más me importa, ya que soy un competidor y un ganador.
P. Ha pasado, pues, lo peor. ¿Cuándo fue?
R. Cuando pasó la fecha límite para los traspasos. Las cosas ya están claras. Ya no hay más hipótesis, ni especulaciones ni nada. Cuando acabe la temporada, evaluaré, pensaré y actuaré.
P. ¿Es irrevocable su decisión?
R. No me cierro puertas.
P. ¿Dependerá de algo en concreto?
R. No; de muchos aspectos.
P. ¿Se hundió moralmente?
R. Hubo momentos difíciles, muy difíciles. Aunque no lo dejo ver, lo digo, ¿por qué no? Pero estar hundido... tampoco. Te duelen ciertas cosas y las superas con más facilidad si eres fuerte. Creo que no he dado demasiados síntomas de debilidad. Lo he llevado bastante bien y ahora estoy muy bien, jugando bien, con buena mentalidad, contento otra vez, aunque no estemos ganando. Sigo siendo un jugador profesional y sigo teniendo una fidelidad al club que me paga y a la gente que me admira, me respeta y me apoya. Les debo este respeto como persona y como jugador. Por eso y por mis compañeros, que saben lo que vivo cada día. Tengo la suerte de tener unos grandes compañeros.
P. ¿Cómo se explica que un equipo que jugó las eliminatorias finales en las dos últimas campañas se haya hundido así?
R. No ha habido grandes movimientos. Hemos perdido dos o tres veteranos y los que nos quedan se han hecho más veteranos. Ha habido lesiones. Nuestro base, Damon Stoudemire, venía de una lesión de rodilla que le tuvo todo el curso pasado fuera. Jones también estuvo mucho tiempo fuera. También mi lesión, que me tuvo mes y medio o dos meses fuera, no ayudó. Además, contamos con cuatro jugadores de primer año. Eso, añadido al cambio de entrenador; a la posible venta de la franquicia, que también desmoraliza, no tanto a los jugadores sino al entorno, suma bastantes factores negativos. Si se pone uno a pensarlo, tiene un poco más de sentido lo que nos pasa.
P. Se ha puesto en el mercado. ¿Cambiaría mucho su papel en otros equipos?
R. Supongo que tendría un poco más de apoyo en algunos. En otros, tal vez no. Depende. Pero intentaría seguir ejerciendo el mismo papel. Vaya donde vaya, no creo que tenga un papel secundario o menor del que tengo aquí.
P. ¿Tiene posibilidades de seguir mejorando?
R. Estoy llegando en teoría a la época de esplendor de un baloncestista, que es entre los 26 y los 29 años. Estoy intentando mejorar mi nivel para acabar con mejores estadísticas y ser positivo. Siempre intento dar pasos adelante, seguir creciendo y mejorando. Creo que aún tengo un espacio de mejora.
P. En la campaña pasada se fijó la obtención de tres tapones por partido y está en camino de lograrlos. ¿Hay algún otro aspecto que quiera mejorar?
R. En el partido contra los Raptors superé la barrera de puntos en la historia de la franquicia. Intentaré acabar por primera vez con una media por encima de los 20 puntos y los 10 rebotes. Trato de marcarme metas a corto plazo que me hagan ser mejor jugador y dar pasos adelante, motivarme. Si pienso en todo lo otro, malo.
P. ¿Mira la estadística de valoración, la que conjuga todas las estadísticas?
R. Sí; para mí es muy representativa porque evalúa todo lo que haces en la pista, lo positivo y lo negativo, aunque aquí, a diferencia de España, las faltas no se tienen en cuenta. Estoy en el puesto 13º, y eso después de salir de una lesión y jugando 20 minutos intercalados los ocho o diez primeros partidos. Personalmente, estoy muy contento y satisfecho de mi temporada, de haberme sobrepuesto y estar consiguiendo unos números por encima de los pasados.
P. ¿Le ha hecho todo lo sucedido, su lesión especialmente, replantearse su papel en la selección española?
R. Lo de la lesión me podía pasar en cualquier momento. Es una fatalidad. Nunca se sabe cuándo puede llegar. La realidad es que cuanto más juegas más castigas tu cuerpo y más riesgo de lesionarte tienes. Supongo que, en un futuro, me replantearé mi participación en la selección. Pero, de momento, sigo en ella. Si estoy bien físicamente, continuaré.
P. ¿Son ineludibles, pase lo que pase, las dos próximas citas: el Campeonato de Europa, en España, y los Juegos Olímpicos, en Pekín?
R. En principio, sí. Si estoy bien, son dos objetivos importantes.
P. ¿Le gusta la presión que tendrán en el Europeo por ser los campeones mundiales y jugar en casa?
R. Sí. Para mí, es un honor. Sólo el campeón puede tener esta presión. Para mí, será un gran reto intentar repetir el éxito del verano del año pasado en Japón.
P. Le quedará de inactividad de abril a septiembre.
R. Sí. Espero tener tiempo para relajarme. Pero, a la vez, tengo muchos compromisos, a nivel de imagen, con todas las empresas que han apostado por mí. No me aburriré. Espero encontrar un buen balance entre el descanso y el trabajo, aunque no se trate de baloncesto.
P. ¿No le da sana envidia la buena situación de Calderón y Garbajosa en los Raptors?
R. Sí. Los Raptors han estado muchos años en el pozo. Y el pasado lo sufrió José [Calderón] un poco en su piel, al igual que yo en los dos primeros en Memphis. Siempre se tarda un poco en reconstruir el equipo, pero ahora, al fin, parece que tienen un conjunto equilibrado, con talento y con jugadores jóvenes. Siempre que ganan te da envidia porque me gustaría estar en una situación parecida. Estoy muy contento por ellos.
P. Un equipo internacional.
R. Está bien. Tienen un equipo muy atractivo, con muchos europeos. El tipo de baloncesto que hacen es atractivo. Me gusta porque todos son capaces de repartir juego. Yo también he tenido varios compañeros europeos en los Grizzlies, pero nunca uno español. Eso sí que me encantaría.
P. Si fuera su hermano, Marc, sería extraordinario.
R. Sería todavía más especial.
P. ¿Quiere jugar en la NBA?
R. Tiene ganas. Claro que le gustaría. Pero debe jugar bien, seguir al nivel de este curso, bastante bueno. Sí, tiene posibilidades.
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