La mano grata y firme de Kofi Annan
Es indudable mérito que un africano, nacido en Ghana en 1938, llegara a ser secretario general de Naciones Unidas durante 10 años y que su labor sea recompensada en 2001 con el Nobel de la Paz. Más que de un mérito deberíamos hablar de una proeza. Aunque Kofi Annan naciera en el seno de una familia acomodada de la Ghana todavía colonia británica, su talento, su perseverancia y sus convicciones democraticas y altruistas son dignas de admiración. Su carrera al servicio de organismos internacionales comenzó en 1962 en la Organización Mundial de la Salud y desde los escalafones más bajos Annan alcanzó la cumbre. Ahora bien, su trayectoria no es la de un burócrata acomodado en los sillones de Ginebra o de Nueva York, sino la de un dirigente que conoce las injusticias y las desigualdades y lucha para combatirlas. Esta actitud es la que mantuvo durante muchos años en la resolución de conflictos -su especialidad en la ONU antes de ser secretario general- y la que defendió frente a las potencias, Estados Unidos incluida.
KOFI ANNAN. Un hombre de paz en un mundo en guerra
Stanley Meisler
Traducción de Mercedes Fernández Cuesta y Mario Grande
El Tercer Nombre. Madrid, 2006
319 páginas. 22 euros
Más centrada en sus facetas públicas que en su vida privada, esta biografía de Stanley Meisler, periodista de Los Angeles Times, está basada en una abundante bibliografía y en numerosas entrevistas, y en la convivencia del autor con Annan a través de viajes, reuniones y confidencias mutuas. Por ello, el apacible y firme secretario general de la ONU, que terminó su mandato el pasado 1 de enero, aparece como una persona cercana a los ojos de los lectores.
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