La oportunidad de un negocio con arte
Los directores de las principales citas del flamenco abogan por una mayor coordinación
En el origen está Granada (1922). El I Concurso de Cante Jondo convocado, entre otros, por Manuel de Falla y Federico García Lorca es obligadamente considerado como el primer ejemplo de festival flamenco. Tras una larga travesía del desierto, desde 1956, en que nace el Concurso de Córdoba, los ciclos flamencos no han hecho más que crecer, desde la Bienal de Sevilla en 1980 al más reciente Málaga en Flamenco (2005) pasando por el Festival de Jerez (1997). Y eso sin citar a los extranjeros: Nîmes, Mont de Marsan o los USA y London Flamenco Festival.
Para formarse una idea del volumen económico de estos eventos, Silvia Calado, directora de contenidos de flamenco-world.com ofreció algunos datos en su trabajo El negocio del quejío. Según ella, el flamenco, que llega a un total de 400 millones de euros de facturación anual, puede estar dejando alrededor de 300 millones al año por el turismo cultural y los principales festivales -Bienal de Sevilla, Festival de Jerez y USA Flamenco Festival- superan los seis millones de presupuesto, además de las principales compañías de baile, que ingresan en torno a un millón cada una.
Sin embargo, ante este panorama, donde queda demostrado que los festivales generan una importante cifra de negocios, y una creciente afluencia de turismo cultural, resultaba chocante que nadie hubiese tomado la iniciativa de reunir a sus principales interlocutores para intercambiar ideas y propuestas. Finalmente, lo ha hecho la XI edición del festival jerezano en colaboración con la Consejería de Cultura a través de la Agencia del Flamenco y el Centro Andaluz en cuya sede, los pasados 5, 6 y 7 de marzo, se celebró el encuentro Los festivales flamencos en el mundo: ritos, rotos y retos.
Proyección exterior
El objetivo, "llevar a cabo un recorrido panorámico y analítico de los festivales flamencos existentes a nivel internacional, centrándose en su perfil como promotores y difusores de este arte singular y abordando aspectos como su problemática, retos y su contribución a la proyección exterior de las ciudades en las que se desarrollan".
Entre los asistentes a estas jornadas, los directores de los principales ciclos, se percibía una sensación positiva. Baste como ejemplo el hecho de que ya existe una nueva convocatoria auspiciada por la Bienal sevillana para el próximo abril en la que se podría materializar una de las principales conclusiones del encuentro: la necesidad de articular un instrumento que sirva, en palabras de Francisco López, director del Festival de Jerez, para establecer "una relación operativa y estable entre nosotros, y de interlocución colegiada con las administraciones y con la empresa privada, y de coproducciones y de poner razón en la contratación: de los ritos, rotos y retos de los festivales flamencos en el mundo". De otra forma, augura López: "En unos años -muy poquitos- nos veremos agitando el pañuelo (como la niña de la estación de la copla), diciendo adiós para siempre a la oportunidad perdida: a la de este negocio con arte".
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