Raúl: "Con Guti empezamos a jugar"
Mijatovic dice que no puede garantizar que Capello se siente en el banquillo el sábado en el Camp Nou
"Ahora no puedo garantizar que Capello se siente en el banquillo el sábado en el Camp Nou", dijo Pedja Mijatovic antes de subirse al autobús, en estadio Arena de Múnich. "Pero en principio Capello será el entrenador frente al Barça". En la sala de prensa, Fabio Capello, se mostraba más locuaz que de costumbre. "Estoy pendiente de la decisión del club", dijo, cuando le preguntaron por lo incierto de su situación. Tras haberse descolgado de la Liga, la Liga de Campeones era lo único que le quedaba para justificar su cargo. Sin embargo, ayer se empecinó en repetir que la Liga no está perdida. "Con un poco de suerte podríamos ganarla", señaló. "Pero los resultados no han sido buenos. No podemos esconderlo". Raúl, por otro lado, no tuvo reparo en asegurar que con la presencia de Guti jugaron mejor. El propio Guti aseguró que Capello mentía al decir que no fue titular porque tenía molestias.
"Lo que ha sucedido es extraño porque Roberto Carlos es un jugador importante y experimentado", dijo Capello, señalando al brasileño como el culpable del gol de Makaay. "En esta eliminatoria hemos hecho dos regalos. Uno ha sido el gol de Van Bommel en la ida. El otro ha sido el primer gol del Bayern aquí".
Quinientos millones de euros invirtieron Florentino Pérez y Ramón Calderón en restaurar el Madrid a lo largo de los últimos siete años. En busca de la complicidad de los socios, los dirigentes hablaron de "ilusión". Una de las acepciones de esta palabra se relaciona con lo irreal, con las ideas propias del mundo de los efectos especiales, el populismo, o la mercadotecnia. Ayer dio la impresión de que esos 500 millones se volatilizaron. El equipo que saltó al Arena era más pobre que hace siete años. El mejor jugador del Madrid sigue siendo Raúl.
Desde el calentamiento, Raúl mostró que vive en otra dimensión. El hombre se conserva como el vestigio más reconocible de una especie extinta. Tiene 30 años pero resulta extraño hasta verle jugar, después de tanto tiempo. Su tiro al palo, al final de la primera parte, enmudeció al graderío. Fue lo más peligroso que hizo el Madrid. El público alemán contempló con reverencia la exhibición de orgullo y capacidad competitiva de este chico que aprendió todo el fútbol que sabe en un suburbio del sur pobre de la capital. Lleva en el primer equipo desde 1994. Y el club más rico de la historia no ha sabido sostener la calidad de la plantilla para que esté a su nivel. Ni con quinientos millones.
Cuando el partido terminó, Raúl ejerció la capitanía para apuntar al futuro: "El equipo ha luchado, hemos tenido mala suerte al encajar ese gol tan pronto. Pero esto se ha acabado. Ahora hay que pensar en el partido del sábado. El partido del Camp Nou puede ser decisivo".
Capello cambió de plan para defender el gol de ventaja de la ida. Se le supone un gran condotiero. Dijo que su equipo jugaría "con los pantalones bien arriba". Pero el mensaje que mandó a los jugadores antes del partido resultó el inverso. Por primera vez en la temporada jugó con tres medios centros, Raúl tirado a una banda para tapar a Sagnol, y Van Nistelrooy volcado sobre la otra haciendo lo mismo con Lahm. El plan no duró demasiado. Sólo diez segundos.
"El gol de Makaay ha sido sorprendente", dijo Capello; "y ha cambiado mis planes porque de entrada mi intención era presionar arriba al Bayern para que no llegara a nuestra portería con peligro, y jugar al contragolpe. Si esperé a meter a Guti fue porque quise ver cómo funcionaba la idea inicial. Porque con un empate pasábamos la eliminatoria".
"Cuando salió Guti, empezamos a jugar", advirtió Raúl, y sonó a pulla. Pasaron 31 minutos hasta que Capello se hizo una composición de lugar. Entonces quitó a Emerson. Cuando quitó a Gago para poner a Robinho, camino del minuto 80, el Bayern ganaba por 2-0. Si el equipo bávaro no inscribió una goleada no fue por las medidas que adoptó Capello sino porque Casillas hizo lo que acostumbra. Es decir, mientras que el Madrid tiró una sola vez entre los tres palos antes del penalti, el Bayern lo hizo en siete ocasiones. Makaay, Podloski (dos veces) y Van Bommel se quedaron solos frente al portero y no consiguieron batirlo. Casillas evitó una goleada.
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