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Crónica:FUERA DE CASA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Con Dios, sin Dios

Es posible que ahora no tenga el morbo de antaño un libro para conocer las opiniones de los españoles y Dios.

Hace ya muchas décadas fue un best seller un libro de Gironella sobre 100 españoles y Dios. No había demasiadas sorpresas. Ya entonces los españoles tenían con Dios muchos más problemas de lo que se podría pensar en aquella oficialidad católica del franquismo. Aunque tímidamente ya se observaba que no éramos un país macizo, una fe sin fisuras. Tampoco éramos un país sin agnósticos o sin ateos, gracias a Dios. Bastantes españoles tuvieron que convivir con sus dudas y con sus miedos. Algunos sí se atrevieron a proclamar su agnosticismo, y muchos pocos, su ateísmo. Los ateos debían seguir en el exilio.

Es posible que ahora no tenga el morbo de antaño un libro para conocer las opiniones de los españoles y Dios. ¿O quizá sí? Posiblemente la sorpresa sería saber cuántos españoles son capaces de creer. Se lo tengo que proponer a Enrique Polanco. En su editorial El Tercer Nombre se acaba de publicar un libro con el título ¿Crees en Dios? Los entrevistados son destacados escritores y conocidas personalidades de la vida americana. El libro tiene el glamour añadido de sus conocidos personajes. Para saber cómo están nuestros modernos en cuestiones de fe le pregunté a Paz Vega, una carnal y erótica Teresa de Jesús en la película de Ray Loriga, sobre sus relaciones con Dios. Y no está mal la cosa. Se me confesó creyente aunque poco practicante. La encontré con un cierto misticismo estilo premamá, pero es que a algunas mujeres todo les sienta bien. A Ray Loriga no le pregunté. Sé que le falta fe, aunque ahora se le nota apasionado con el acercamiento a esa mujer, esa excelente escritora, esa santa de singular carácter y de un inalcanzable misticismo. Bataille veía en el misticismo de santa Teresa una de las imágenes más elevadas del misticismo. Usó su rostro, en versión Bernini, para una edición de su libro sobre el erotismo. En la película de Loriga también hay erotismo, hay látigos, algo que a los no muy católicos británicos les parece un refinamiento erótico. A otros también, pero ésos ya son de la vía sadomaso.

No estaría mal saber qué piensan los actores de la obra más agnóstica de la cartelera madrileña, Marat Sade. Por lo convencidos que se les ve en sus papeles de locos-lúcidos de los tiempos revolucionarios, de los tiempos en que los hombres intentaron prescindir de Dios, no daría yo muchos duros por encontrar demasiada fe en ese grupo de excepcionales actores llamado Animalario. Crean o no crean, mantengan sus dudas o conserven la fe, es una visita muy recomendable la de volver a ese manicomio en el que tantas cosas nuestras reconocemos. Entre los americanos, en ese libro citado está la de Saul Bellow, el muy educado escritor judío dice: "Creo en Dios, pero no le molesto". Espero que aprendan algunos que no se conforman con sacarle en procesión y que ahora le sacan en manifestación.

Michael Cunningham, el autor de aquella excelente novela Las horas, dice que cree en la física, que lo de Dios le plantea más dudas. Pero, como es lógico, respeta y admira a las personas de fe: "Yo pienso que toda persona que cree en algo que no sea ir de compras, para mí es un héroe. Yo amo toda forma de veneración no violenta". Otro buen ejemplo.

Es curiosa la fe del triunfador en los últimos Oscar Martin Scorsese, que está seguro de ser católico, apostólico y romano, y no tiene tan claro eso de creer en Dios. Una peculiar forma de fe, ser "un católico fracasado".

El inquietante David Lynch, que compartió con Scorsese la fe en una diosa llamada Isabella Rossellini, cree en la meditación trascendental. Y se pone trascendente para decirnos que "el bien y el mal están dentro de nosotros". También los artistas más raros e interesantes pueden ser convencionales cuando hablan de Dios.

No sé si es mejor callarse o no decir nada. Jane Fonda no se calla, está encantada con su descubrimiento de la grandeza del "universo cristiano". Así está el patio, aunque la nueva fe de la Fonda no le hace olvidar a la activista de antaño. Sigue siendo pacifista y feminista. Sí, pero feminista cristiana. También Cristo fue feminista, el primer feminista. Palabra de Fonda. No confundir con la palabra de Sade. Ni con la de Marat. Yo seguiré buscando a Becket.

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