Cambiar el mundo con una enciclopedia
Andrés J. Reina relata en una novela una historia de intriga y espionaje en el Madrid sitiado de la Guerra Civil
Un Madrid imaginado, devastado por la guerra, donde la vida transcurre de forma frenética, poblado de personajes misteriosos y en el que bulle una creatividad artística que sirve a sus habitantes de vía de escape a los horrores y miserias cotidianos. Éste es el escenario donde transcurre Matar a un leopardo (Fundación José Manuel Lara) la segunda novela del escritor Andrés J. Reina, un malagueño de Tánger que a sus 34 años compagina su oficio de abogado con una de sus pasiones: contar historias que conjuguen la calidad con el entretenimiento. Esta meta le valió para alzarse como finalista del Premio de Novela Fernando Lara en 2003 con su primera obra, Yoshiwara.
A ese Madrid en guerra llega de provincias Antonio Gauna, un joven aspirante a actor de 22 años que se ve envuelto en una conjura de espionaje internacional, situación que acabará con su inocencia y le llevará a mentir, matar y asesinar por defender de nazis y norteamericanos una enciclopedia ideada por un magnate de la comunicación algo megalómano y escrita por un grupo de sabios con la esperanza de que ésta cambiará el rumbo del mundo. Un Madrid inventado escogido como escenario que el autor asegura que eligió por exigencias de la propia historia.
"A mí me trae al fresco el realismo. No soy respetuoso con el realismo"
"No tenía ningún deseo especial de localizar la historia en la Guerra Civil. Lo que sí necesitaba era un espacio temporal donde pudiera ocurrir de todo. Y el Madrid de los años treinta me parecía idóneo porque la Guerra Civil es lo más parecido a un western, que me parece el género narrativo perfecto, porque da mucho juego: hay un bueno, un malo, una chica, acción... Y la Guerra Civil me brindaba todo eso. Es un periodo donde las convenciones sociales están vueltas del revés, en el que puede pasar de todo y en el que se mueven todo tipo de personajes peculiares, extravagantes", apunta Reina sobre la elección del Madrid en guerra para contextualizar la historia de su novela.
"A mí me trae al fresco el realismo. No soy nada respetuoso con el realismo. La imaginación es el principal recurso de los escritores. No cuento apenas nada de la guerra, a lo mejor en algún capítulo unos breves apuntes históricos, pero ésta es una novela de interiores, de personajes", añade para explicar que Matar a un leopardo no sigue la estela de otras novelas recientes que sí ahondan en revivir episodios de la Guerra Civil. Reina recurre de nuevo en esta novela al mundo del teatro, del espectáculo, en el que trata de hacerse un hueco su protagonista.
"Sí, es una novela muy teatral en cuanto a su estructura. Es una novela muy dialogada y en forma de escenas", indica el autor, muy ligado a este mundo ya que compagina su oficio de abogado además de con la literatura con su faceta de director teatral y guionista de cine, otra de sus pasiones y que ejerce cierta influencia en su obra, donde retrata a personajes "excéntricos, misteriosos y ambiguos que se mueven en una ciudad exhausta", como los que aparecen en El tercer hombre, de Graham Greene.
"La novela está focalizada en tres o cuatro personajes principales. El protagonista, Antonio Gauna, quiere llegar a ser un gran actor, pero se ve inmerso en una trama que trastoca sus planes. La novela está relatada desde su punto de vista, pero hay otros personajes que rivalizan en protagonismo, como puede ser Max Gatty, un magnate de la comunicación que dirige el último periódico independiente y que tiene un plan definido para resolver los problemas del mundo", concluye Reina.
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