Iberia reivindica su peso en El Prat pero descarta abrir rutas transoceánicas

Iberia replicó ayer con cifras a las críticas sobre su repliegue en Barcelona y reivindicó el peso de ella y sus socios (Clickair y Air Nostrum) en el aeropuerto de El Prat frente a su principal rival, Spanair y su alianza (Star Alliance). "Tenemos el 75% de las conexiones de El Prat y 65 aviones allí, que venga otra compañía y lo iguale", señaló el presidente de la compañía, Fernando Conte, preguntado por el debate sobre el reparto de la futura Terminal Sur de El Prat. También admitió que, aunque le gustaría, Iberia no abrirá rutas intercontinentales. "La realidad económica es otra".

El presidente de Iberia se siente "desalentado" por la reiterada queja de sectores políticos y sociales catalanes sobre el repliegue de la antigua compañía de bandera en Barcelona en favor de su participada de bajo coste Clickair. Fernando Conte repite desde hace un año -cuando con cierta falta de mano izquierda anunció que su participada Clickair sustituiría a Iberia en rutas europeas y nacionales desde la capital catalana- que la presencia de su compañía y sus socios (Air Nostrum y Clickair) se mantendrá e incluso se incrementará.

"Las cifras muestran que mantenemos nuestra apuesta por Barcelona", insistió ayer Conte en la presentación de los resultados de 2006. "Hoy por hoy tenemos el 75% de las conexiones de El Prat, somos la única compañía que lo utilizamos como hub (centro de tránsito, donde aterrizan viajeros de paso para tomar otros vuelos) de conexión, duplicamos las rutas respecto al siguiente y tenemos 65 aviones allí. Eso son datos reales, no expectativas, ni conversaciones o ruedas de prensa", dijo en alusión implícita a las aspiraciones de Spanair y sus socios de Star Alliance por lograr que se les adjudique la nueva Terminal Sur, que no estará operativa hasta al menos finales del año 2008.

Batalla por la T-Sur

La compañía presidida por Gonzalo Pascual prometió un ambicioso plan de expansión en El Prat junto con sus socios de Star Alliance con Lufthansa a la cabeza -que les permitiría a medio plazo arrebatar el liderazgo de Iberia en Barcelona- a cambio de lograr una posición preeminente en la T-Sur. La Generalitat, que apoyó estos planes de forma entusiasta frente a Iberia en un principio, ha modulado ahora su discurso a un tono más neutral.

La batalla por el reparto de las compañías aéreas entre las dos terminales de El Prat no ha hecho más que empezar y el presidente de Iberia no quiere salir de momento a campo abierto. De sus palabras se deduce que peleará por estar en la nueva terminal pero trató de no mostrar excesivo interés, aunque sí lo ha hecho su participada, Clickair, que reclamó a AENA (el ente público que gestiona los aeropuertos) hace meses un hueco en la T-Sur.

"Aún no sabemos las condiciones del traslado", dijo Conte, tras congratularse de que Barcelona pueda duplicar su capacidad, frente a la situación de saturación de las infraestructuras en buena parte de los aeropuertos europeos. Iberia perdió cuota de mercado (casi cinco puntos) en El Prat en 2006 respecto al año anterior, pero junto con su franquiciada Air Nostrum copó aún el 33,6% de los pasajeros (Clickair sólo operó en el último trimestre). Spanair subió un punto su cuota en Barcelona, hasta el 13,1%.

Conte fue, en cambio, meridiano sobre la posibilidad de rutas transcontinentales desde Barcelona. "No hay densidad de tráfico suficiente. Si tuviese que seguir mis instintos o deseos haría vuelos a Australia, a China, a Japón, desde Barcelona, desde Madrid e incluso desde Bilbao, pero la realidad económica es otra. La inversión mínima de arranque es muy alta y sobra competencia. Un avión para esas rutas cuesta 200 millones de dólares".

Sobre la eventual entrada de la Generalitat de Cataluña en la gestión del aeropuerto, Conte aseguró que esa posibilidad no le afectaría. Su preocupación se refiere más bien al hecho de que los aeródromos constituyen un monopolio natural, de modo que su funcionamiento debe atenerse a unas reglas de juego claras e iguales para todos. En ese contexto citó la reciente propuesta de la Comisión Europea para que exista un órgano regulador independiente de los gestores de los aeropuertos.