El valor de la certificación
Cidemco ha diseñado la ventilación del monumento a las Víctimas del 11-M
La certificación de materiales y productos se ha convertido en un buen negocio. Si además los informes se acompañan de sugerencias, propuestas para mejorar la eficiencia y la competitividad, y simulaciones de diferentes escenarios, es posible crecer a un ritmo trepidante. El Centro Tecnológico Cidemco, instalado en Azpeitia, Guipúzcoa, ha roto en seis años las previsiones que tenía para veinte. Gracias al empuje de la construcción y al nuevo Código Técnico en la Edificación, la empresa guipuzcoana crece en torno al 20% anual en facturación y en plantilla. Acaba de invertir un millón de euros en un laboratorio del fuego pionero que permite obtener la marca CE, las dos letras indispensables para comercializar productos en la Unión Europea. Cidemco está acreditado por ENAC, la Entidad Nacional de Certificaciones, para hacer evaluaciones de resistencia y reacción al fuego, pruebas térmicas, de estanqueidad y resistencia de ventanas, fachadas, herrajes de edificación, certificaciones acústicas, de pinturas y de otros muchos numerosos materiales como madera, o prevención y tratamiento de plagas.
El monumento, un cilindro irregular de 12 metros de cristal junto a la estación de Atocha, tenía problemas de sobrecalentamiento
Sus ventas llegaron en 2006 a 5,5 millones de euros y para este ejercicio prevé facturar 6,8. En la actualidad trabaja en 60 programas de I+D con otras empresas y concluye uno de los encargos más emotivos que ha recibido. El estudio, evaluación y pruebas del monumento a las Víctimas del 11-M que se inaugurará junto a la estación de Atocha, en Madrid. Se trata de un cilindro irregular de 12 metros de cristal, que tenía problemas de sobrecalentamiento para el que Cidemco ha diseñado un sistema de refrigeración especial.
Por sus laboratorios han pasado partes de las fachadas del edificio Agbar, y de la Torre Diagonal Mar de Barcelona. También han certificado la futura sede de Telefónica en Madrid, la torre de control del aeropuerto de Barcelona, la T-4 del aeropuerto de Barajas, o el Edificio Pórtico del Campo de las Naciones, también en la capital de España.
Cuenta con una plantilla de 97 personas y tres edificios. Cuando en el año 2000 la empresa se trasladó a la actual ubicación en el polígono industrial Lasao, en Azpeitia, levantó un edificio de 3.000 metros para 20 años. Seis años después han multiplicado por tres el espacio que utilizan.
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