A vueltas con la abstención
Los partidos mirarán con lupa la tendencia que señalen las municipales
E l Partido Socialista en pleno ha insistido a lo largo de toda la semana pasada en no conceder la menor importancia al alto índice de abstención registrado en el referéndum del nuevo Estatuto de Autonomía de Andalucía. Desde el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hasta el último miembro del comité federal, pasando por el propio presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, todos los dirigentes del PSOE han coincidido en explicar que la altísima abstención (más de un 63%) se ha debido, fundamentalmente, a la seguridad que tenían los electores en la aprobación del nuevo texto. Sin embargo, los expertos y los técnicos no están tan seguros y se interrogan sobre la falta de relación que van mostrando algunos sondeos, no sólo en España, sino en toda la Unión Europea, entre los políticos y los ciudadanos. Las bajas participaciones ayudan, además, a escenarios de empates o cuasi empates electorales, como los que se han registrado ya en Italia o en Alemania, por no hablar de Estados Unidos. La última encuesta del CIS muestra también un cuasi empate técnico (un punto de diferencia a favor del PSOE). La mayor diferencia en el caso español la sigue marcando la aceptación de los líderes, muy superior en el caso de Rodríguez Zapatero (4,93) que en el de Rajoy (3,69).
La participación en las elecciones autonómicas de las comunidades 'nuevas' que se unen a las municipales fue en 2003 superior a la de las últimas catalanas
La polémica entre políticos y técnicos sobre si está aumentado o no, en términos generales, la tendencia abstencionista, caerá de un lado o de otro inmediatamente, con el resultado de los comicios autonómicos y municipales previstos para dentro de algo menos de tres meses. "Van a ser unas elecciones en las que todos vamos a mirar los índices de participación casi con más interés que los votos de cada cual", comenta un especialista vinculado al Partido Socialista. Nadie oculta en el PSOE que una baja participación en las autonómicas y municipales sería una pésima noticia con miras a las generales de 2008. Los socialistas, y la izquierda en general, siempre han considerado que los altos niveles de abstención les perjudican con mucha mayor intensidad que a los partidos de derecha.
Los aparatos de los partidos, tanto el PSOE como el PP, aseguran que la participación el próximo mes de mayo será "razonable", equiparable a la de otras convocatorias (en las elecciones de mayo de 2003 votó un 67,6%), mientras que algunos técnicos predicen menor participación. Nada comparable, desde luego, a la abstención registrada en el referéndum andaluz, pero sí una posible tendencia a la baja. Y son precisamente las tendencias lo que todo el mundo observa ahora como si fueran diamantes.
Mayor participación
Las consultas electorales municipales y autonómicas son, tradicionalmente, las elecciones "de partido", por contraposición a las generales, que son los comicios "del presidente" o del candidato. Son las elecciones municipales las que normalmente "arrastran" a las autonómicas, lo que ha hecho que en ocasiones haya habido una mayor participación en comunidades autónomas nuevas, como Castilla y León o Extremadura, que en Cataluña. De hecho, en 2003, la participación en las consultas electorales autonómicas de las comunidades "no históricas" (celebradas junto con las municipales) fue superior al 65%, mientras que en las últimas elecciones de Cataluña (que se celebran de manera independiente), los votantes no superaron prácticamente el 56%.
La segunda preocupación de los especialistas del PSOE es que las elecciones generales puedan coincidir, más o menos, con una batalla campal en el Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña. En el PSOE casi todo el mundo está convencido de que el Partido Popular hará todo lo posible por convertir el paso del Estatut por el Constitucional en una fuerte confrontación política y que hará también cuanto esté en su mano por acercar ese enfrentamiento sobre modelos territoriales a las fechas electorales.
En lo único que coinciden socialistas y populares es que el tema territorial y la lucha antiterrorista serán en mayo de 2007 y en marzo de 2008 los dos grandes temas electorales. Los socialistas intentarán introducir un tercer capítulo relacionado con la situación socioeconómica, la más favorable desde hace bastantes años. Pero no muestran demasiada confianza en lograrlo, porque creen que el PP está completamente enrocado en esa estrategia. La última prueba, para ellos, ha sido el recibimiento parlamentario del nuevo ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo. Le plantearon siete preguntas que eran más bien mociones de censura que interrogantes. Y la semana que entra se anuncian, exactamente, otras siete.
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