Pistas sobre las lesiones
Un estudio de la UEFA con los 21 principales clubes de Europa revela que los percances más graves se producen en las competiciones de mayor nivel
En Suecia hay dos becarios dedicados exclusivamente a recibir una decena de privadísimos correos electrónicos al final de cada mes. Trabajan para el doctor Jan Ekstrand, vicepresidente del Comité Médico de la UEFA. Y tienen una beca especializada porque reciben información privilegiada, secreta y confidencial, datos por los que muchos directores deportivos pagarían un buen dinero: lo que los dos becarios y su jefe se traen entre manos podría alterar el precio por el que se ficha a un futbolista, las cláusulas de despido de su contrato y su sueldo. Los e-mails que reciben vienen pegados a un nombre famoso. Al de Cicinho, lateral derecho del Madrid, por ejemplo. Al de Eto'o, delantero del Barça. O al de algunos de los mejores jugadores del Bayern de Múnich, el Milan, el Inter, el Liverpool o el Manchester United. Todos esos futbolistas tienen tres cosas en común: juegan en uno de los 21 principales clubes de Europa. Están o han estado lesionados. Y forman parte de una base de datos de lesiones creada por la UEFA con el objetivo de definir tratamientos, prevenir lesiones y cambiar los entrenamientos de los equipos más elitistas del mundo.
En una plantilla de 25 jugadores se producen 45 lesiones de media por temporada
"Si los trabajadores de una fábrica estuvieran expuestos al mismo riesgo de lesiones que los jugadores profesionales de fútbol, entre seis y nueve de cada 25 sufrirían lesiones que les obligarían a pedir la baja", resume el inicio del estudio, publicado en la revista Medicine Matters.
Gracias a la base de datos, la UEFA ha llegado a conclusiones con las que se regodean estadistas y aseguradoras: que un equipo de 25 jugadores sufrirá 45 lesiones por temporada, 24 de ellas menores (menos de una semana de baja) y seis de gravedad (más de un mes). Que un jugador debe esperar una lesión grave cada tres temporadas. Que cuanto mayor es el nivel de la competición mayor es el riesgo de lesión. Que las lesiones más frecuentes, el 23%, se producen en el muslo. Y que, contra la creencia popular, el riesgo de lesiones no se está incrementando.
Las conclusiones de los médicos, claro, han sido mucho más prácticas: "El estudio valora la incidencia de las lesiones y sus factores causantes. Eso permite que se puedan corregir esos factores. Vemos que determinados entrenamientos de saltos y resistencia, si se hacen demasiado durante una temporada, provocan más lesiones", explican los médicos del Madrid, que participa en el estudio desde sus inicios, en 2001.
La Liga española se disputa bajo el azote de una plaga con nombres y apellidos: lesión de ligamento cruzado. Casi una veintena de jugadores, desde Eto'o hasta Cicinho, de Petrov a Maxi, la han sufrido en lo que va de temporada. La dolencia tiene su formulario especial en el estudio de la UEFA, que desde hace seis años le busca mejores pruebas diagnósticas, mejores entrenamientos preventivos, mejores operaciones y formas de recuperación. Compartir información entre los mejores clubes y sus médicos es la clave. En el cruzado y en las lesiones del quinto metatarsiano del pie -la lesión de Messi, como se la conoce popularmente-, la otra obsesión de la UEFA.
"Recogemos datos a diario. Hay un formulario modelo a rellenar que incluye el día referido, el tiempo que ha durado el entrenamiento y quién no ha participado en él por una lesión. Se pone qué tipo de lesión tiene el jugador, cómo se la ha causado, si solo o por un golpe... En hacer todo eso se tardan unos diez minutos por caso", resumen los médicos del Madrid. "A finales de año recibimos un informe particular, muy útil, porque ésa es la clave para mantenernos en el estudio. Recoge nuestra incidencia de lesiones comparada con las del resto de clubes estudiados, pero sin información específica del Inter, por ejemplo. Así vemos qué tipo de lesiones se nos repiten más a lo largo del tiempo y dónde estamos con relación al resto de equipos, al número de horas jugadas y al número de partidos disputados", continúa. "Y hay cosas que se ven". ¿Cuáles? "De las que se pueden enseñar, que el parón invernal, que tienen todas las Ligas menos la inglesa, viene bien porque el número de lesiones es menor. Que la diferencia de condiciones climáticas afecta, así como el número de jugadores utilizados y las rotaciones. También sacamos conclusiones sobre lesiones concretas y sobre cómo tratarlas. Luego, cada dos años, nos juntamos y discutimos. Intercambiamos ideas".
El intercambio de datos se traduce en discusiones entre médicos, entrenadores y preparadores físicos. Y tiene sus efectos sobre el césped: hablan de cómo administrar los efectivos de un equipo de Champions -"hemos visto que en los años en los que hemos repartido más los minutos hemos tenido menos lesiones, aunque ya sabemos que en estos equipos eso es complicado", dicen los médicos del Madrid. Se revisan viejas creencias, como la de que el cuádriceps y los aductores son los músculos que más se lesiona un futbolista. Y se introducen nuevas maneras de trabajo, nuevos tratamientos preventivos, la medicina más avanzada, la informática y las telecomunicaciones al servicio del fútbol del siglo XXI: "Nos hemos dado cuenta de que en la mayoría de los equipos en los que se ha introducido el trabajo excéntrico
[distendiendo los músculos con pesas en vez de contrayéndolos como se hacía tradicionalmente] para los isquiotibiales o los bíceps ha habido menos lesiones. Hay bastante discusión, pero creemos que ese tipo de trabajo también puede prevenir el cruzado".
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