Solito en Atenas
A Félix Gómez, un día le dejaron colgado en vísperas de un viaje. Pero el actor, que estos días actúa en la obra Como abejas atrapadas en la miel (teatro Príncipe Gran Vía, Madrid), decidió seguir adelante.
¿Por qué le dejaron solo?
Mi amiga se acojonó con que no tenía pelas...
Buf.... Y partió solo.
Fue una gran experiencia.
¿Cuál fue su destino?
Boletín
Atenas. Soy un fanático de la historia.
¿Y cómo fue el encuentro?
La primera impresión, terrible. Me pareció horroroso. Y, además, el taxista me timó.
Empezamos mal.
Y peor siguió: estaba lloviendo a mares. Me metí en la habitación del hotel preguntándome: ¿qué hago yo aquí? Pero al día siguiente me dije: ¡vamos allá! Y fue maravilloso.
Explique, explique...
Me encantó pasear por Plaka y Monastiraki, llenos de callejuelas y recovecos. Sentí que había llegado a la Grecia que buscaba, la de los exploradores y escritores. Iba con un cuaderno escribiendo y la gente se paraba a hablar conmigo.
¿Algún descubrimiento?
Una iglesia pequeñita llena de frescos en la que no me dejaron entrar, pero me coló el jardinero: Panagia Gorgoepikos.
¿Se atrevió a salir de noche?
Claro. Solo te encuentras con cada loco... Pero también con gente muy divertida.
¿Moraleja?
Para viajar solo hay que dejarse fluir y ser permeable a lo que te pueda pasar.