La báscula acecha al 'gaucho'
El Barça admite su profunda preocupación por el estado físico y el sobrepeso de Ronaldinho, delatado tras difundirse unas fotografías
"Cuando tenga que estar, estaré", proclamó Ronaldinho a principios de octubre, cuando la trayectoria del campeón de la Liga y la Champions desconcertaba por su irregularidad. Por entonces, ya se había lesionado Eto'o y todo el Barça aguardaba a que reapareciera el gran Ronaldinho. Pero, llegados a febrero, el Camp Nou aún le espera. Salvo ante el Werder Bremen y el Zaragoza, en la Liga, el gaucho apenas ha dejado rastro del jugador decisivo de otros años. Ronaldinho se quedó mudo ante el Chelsea, en el Bernabéu, en el Mundialito de Japón, en Montjuïc, en Mestalla y ante el Liverpool (1-2) en la Liga de Campeones.
Seguramente enrabietado y afectado por su pobre partido ante los reds, Ronaldinho se quitó la camiseta antes de entrar en el vestuario y dejó su dorso desnudo. Las fotografías, publicadas ayer en varios medios, muestran un abdomen muy distinto al musculado de hace tres años, cuando tenía a su preparador físico particular, con el que se entrenaba a diario. Desde que aquél contrajo matrimonio, Ronaldinho ya no tiene a nadie consigo. Según la página web del club, el brasileño pesa 80 kilos, pero fuentes proximas al vestuario aseguran que sufrió un acusado sobrepeso después de Navidad: algunas lo sitúan en tres kilos y otras en seis.. Los servicios médicos se negaron ayer a revelar cuánto pesa el gaucho. "No lo sabemos ni nosotros. Es el secreto mejor guardado del club", bromeó un técnico.
El brasileño llegó tras la Navidad con entre tres y seis kilos de más
La junta no oculta su "profunda preocupación" por la baja forma del brasileño, que, sorprendentemente, tiene un tono muscular superior al del curso pasado. "Pero no se va de nadie ni quiere la pelota", advirtió un directivo. Todos los intentos por recuperar al brasileño hasta ahora han sido en vano. Antes del Mundialito de Japón, los dirigentes azulgrana hablaron con Ronaldinho y le pidieron ayuda recordándole la obviedad, ante las lesiones de Eto'o y Messi, de que el equipo estaba en sus manos. Pero la estrategia no funcionó: si entonces tenía un kilo de más, después de Navidad volvió con un notable sobrepeso. Los preparadores físicos le sometieron a un plan especial, pero no cuajó porque quedó constantemente interrumpido por el ritmo de partidos.
Ronaldinho no salió a entrenarse ayer con sus compañeros y, por la tarde, estuvo en el gimnasio sometiéndose a un tratamiento por una pubalgia que arrastra desde hace dos semanas. Los médicos no emitieron ningún parte sobre sus dolencias, aunque fuentes del club apuntaron que quizá sea baja ante el Athletic. "Yo le veo bien", aseguró Messi. "Cuando el equipo no anda, siempre se le pega a él. Y, cuando marca, es el mejor del mundo. Pero lo cierto es que lleva 16 goles. No se por qué hay que quejarse de su rendimiento", dijo. Saviola fue bastante más frío: "¿Si está gordo? Habrá que preguntárselo a los médicos. Yo soy un compañero y no estoy en sus comidas o sus cenas. Si creen que es así, tendrán que hacer un balance y hacerle entrenarse más. Aunque, si tiene buenas actuaciones y está en esa forma, no hay problema".
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