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Reportaje:

Homenaje a un hombre sin prejuicios

Zapatero, Chaves y Juan José Gelo recuerdan a su amigo y diputado gaditano Alfonso Perales

Lourdes Lucio

A "No sé dónde estará Alfonso, pero dónde esté se estará riendo de nosotros". Ésa es la impresión que tenían muchas de las personas que asistieron ayer en el palacio de Congresos de Madrid al homenaje que su partido, el PSOE, le dedicó ayer. José Luis Rodríguez Zapatero, Manuel Chaves y Juan José Gelo, amigo íntimo de Alfonso Perales, hablaron del político, de la persona y de Cádiz.

No fue un acto de dolor, sino de humor. Hablar de Alfonso Perales, el secretario de Política Institucional del PSOE fallecido el 23 de diciembre pasado, es hacerlo con una sonrisa en los labios, es recordar sus agudas frases, sus afiladas ironías, sus ingeniosos motes: Fredy (Alfredo Pérez Rubalcaba), los Pink Floyd (los inquilinos de la Casa Rosa, sede actual de la presidencia del Gobierno andaluz), Dieguichi (Diego López Garrido), el doctor Gelos (su amigo). Zapatero, Chaves y Gelo así lo recordaron en una charla dirigida por la periodista María Esperanza Sánchez, acompañada por las canciones de la Niña Pastory en directo.

Chaves: "El PSOE de Cádiz y de Andalucía no se entienden bien sin Alfonso"

Perales murió el mediodía de la víspera de Nochebuena en su casa de Conil. Se quedó definitivamente dormido escuchando los diálogos de la película de John Ford Centauros del desierto que le puso en el DVD su hijo mayor José Alfonso. Éste lo contó ayer en el largo trayecto en autobús entre Sevilla y Madrid, ya que ningún AVE pudo salir ayer. Por ese motivo el homenaje comenzó con más de un hora de retraso.

Gelo contó los escarceos anarquistas de Perales, cuya primera misión como simpatizante de la CNT en Madrid fue entrevistarse con un tipo apodado Goliat, un mote que describía de manera equívoca la estatura del contacto. "Él nunca quiso militar en la CNT y lo que le interesaba era el socialismo humanista", contó.

Zapatero destacó de Perales sus "análisis alejados siempre de la coyuntura, con distancia" y el ser un "hombre de aparato", es decir, dedicado al trabajo orgánico que, según afirman los políticos que se dedican a eso, es muy ingrato.

Chaves afirmó que en todas las reuniones, las más y las menos tensas, el sentido del humor del gaditano convertía en una especie de guirigay las citas, hasta que se imponía el trabajo. "Alfonso te generaba una gran confianza. Cuando le encargabas un trabajo, sabías que lo iba a hacer bien", subrayó el presidente de la Junta, quien destacó que Perales "lo dio todo al partido". "El PSOE de Cádiz y de Andalucía no se entienden bien sin Alfonso", dijo.

Zapatero afirmó que, en parte, su ascenso político en el PSOE se debió a Perales. Fue el encargado de comunicar a una delegación de León que la candidatura ganadora para unas elecciones municipales iba a ser modificada en el temido comité federal de listas. "El tal Perales" se hizo famoso en la agrupación leonesa al comunicar la caída de la lista, decisión que empujó a Zapatero a liderar el movimiento crítico.

"Alfonso era una persona muy culta, leía muchísimo y era un entendido en cine", aseguró Chaves. El último libro que releía eran las memorias del escritor Stefan Zweig. Su amigo Juan José Gelo aseguró que era un hombre ilustrado que no presumía de ello. Perales, contó su hijo en el largo trayecto del autobús, se moría de risa con una letra de una canción de Manolo García que decía: Aunque muy chico y muy feo, piloto de aeroplano soy. O con el siguiente diálogo de la película Pasión de los fuertes:

-Tú nunca te has enamorado.

-No, pero siempre he sido camarero.

Perales ha creado, sin saberlo, una especie de club de fans a base de tejer complicidades con su interlocutor, fuera amigo, conocido o colaborador. Muchos guardan en su memoria una frase especial, un SMS con dedicatoria personal que hacía que el destinatario se sintiera parte de su círculo de amigos. "Era un gran observador, tenía mucha inquietud, pero su principal ocupación eran las personas y el electorado de la provincia de Cádiz, no los votos", señaló Gelo.

Éste contó que su amigo Alfonso tuvo tres factores fundamentales en su vida política: "enamorarse" de Felipe González y Alfonso Guerra en el congreso de Suresnes; su amistad y compañía política con Manuel Chaves, su "punto de referencia"; y su "admiración" por los aires nuevos que llevó Zapatero al PSOE. También, destacó, como hicieron los dos presidentes, su fuerte vinculación con su primo hermano y número dos del PSOE andaluz, Luis Pizarro.

En sus almuerzos en la venta El Chato en Cádiz, Gelo y Perales hablaban sobre todo de "la vida, de algo que lo mantuviera siempre inquieto". Y nunca habló mal de de nadie: "Ni de la izquierda ni de la derecha, salvo de los que ya sabemos. Del señor Pepino, tampoco", se despidió Gelo.

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