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Serbia rechaza todos los puntos del plan de la ONU para Kosovo

Serbios y albanokosovares se reúnen hoy en Viena para discutir el futuro de la provincia serbia de Kosovo con prácticamente nulas posibilidades de llegar a ningún acuerdo aceptable. "No creo en los milagros", ha dicho Martti Ahtisaari, autor del plan para el futuro del territorio que los serbios rechazan de plano por considerar que crea un nuevo Estado independiente a su costa. Belgrado se opondrá a todo lo que vaya más allá de una muy amplia autonomía para Kosovo. Los líderes kosovares sólo aceptan la independencia. El conflicto deberá dirimirlo el Consejo de Seguridad.

Ahtisaari viene repitiendo, desde que el pasado día 2 presentó sus planes a Belgrado y Pristina, y vio las enconadas reacciones suscitadas, que no concibe cómo se puede llegar a un acuerdo entre criterios tan separados. Lo reiteró hace unos días en Bruselas, tras explicar sus ideas en la OTAN, donde aseguró que era un hombre realista que no cree en milagros. Si el acuerdo no es posible, ¿por qué convocar una nueva reunión entre serbios y albanokosovares?, se le preguntó. "Para darles una última oportunidad", respondió.

La sesión de hoy -primera de una serie de reuniones que deben llegar teóricamente hasta el 2 de marzo para desmenuzar a puerta cerrada todos los aspectos del plan- promete dejar constancia de las abismales diferencias. La delegación albanokosovar ya ha hecho saber que no espera alcanzar "ningún acuerdo" sobre lo que plantea Belgrado, y dice que si acude a Viena es para expresar su compromiso "con este proceso que busca y creará el Estado de Kosovo".

A la cortesía diplomática de Pristina replica Belgrado diciendo que se presenta en Viena con carácter constructivo, para discutir todo menos la creación de un Kosovo independiente. De ahí la nutrida batería de enmiendas que planteará, con amplio respaldo de un Parlamento reunido con urgencia tras las elecciones de enero para apoyar a sus negociadores con 225 de los 250 escaños de la Cámara.

Atributos nacionales

Al plan de Ahtisaari sólo le falta la mención explícita a la independencia para ser del gusto de los albanokosovares, que gozarán de todos los atributos propios de un Estado independiente (constitución, himno, bandera, fuerzas armadas, capacidad de ingresar en organizaciones internacionales) por tiempo indefinido bajo tutela internacional. Belgrado no aceptará nada que viole la integridad territorial serbia.

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Aunque Ahtisaari se dice dispuesto a modificar su plan para acomodar aspectos aceptables por ambas partes, advierte de que la situación no se puede prolongar indefinidamente. Su equipo mantiene que "no hay alternativa realista" y que, salga lo que salga en Viena, Ahtisaari presentará su versión definitiva al Consejo de Seguridad en marzo. Belgrado espera que allí lo vete Rusia, que ha advertido de la caja de Pandora que se abriría y el efecto de emulación que Kosovo podría crear en otros territorios irredentos.

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