¡Viva Massiel!

A veces la televisión se contradice. En Cine de barrio (TVE-1), veo la carnavalesca película Samba, parcialmente filmada en Río de Janeiro y protagonizada por Sara Montiel. Como en todas sus películas, siempre hay una escena en la que ella sale cantando en un teatro, hierática y distante, mientras un hombre viejo la mira lascivamente desde un lado del escenario y, al mismo tiempo, un apuesto galán, más joven pero también en celo, le tira los tejos desde el lado opuesto. Indiferente al duelo testosterónico que se avecina, ella sigue cantando con esa flojera que tantos éxitos le ha dado. En este caso, la actriz interpreta una conocida estrofa que dice: "Es preferible olvidar que sufrir". Estoy totalmente de acuerdo. Televisión Española, sin embargo, no olvida, y lleva años ofreciendo esas dosis masivas de nostalgia vespertina que, por acumulación, producen una sensación muy parecida al sufrimiento.

Pero las desgracias nunca vienen solas y, en una de las pausas, se emite un anuncio de cosméticos que publicita las excelencias de un milagroso ungüento contra "los puntos negros" de la piel. ¿En qué momento dejaron de llamarse espinillas?, me pregunto, consciente de que el cambio de denominación certifica el inexorable paso del tiempo. En mi época, a las espinillas se las llamaba espinillas y los puntos negros eran esos lugares de la red de carreteras y autopistas en los que se producen reiterados accidentes mortales sin que las autoridades tengan a bien hacer nada para evitarlo.

Otro punto negro, musical en este caso, se produjo en Misión Eurovisión (TVE-1): Massiel volvió a cantar e interpretó Busco un hombre, una canción acorde con los niveles que exige este festival. Daban ganas de olvidar y, al mismo tiempo, de sufrir, pero había cierta grandeza en la presencia de una Massiel a la que si Televisión Española fuera realmente valiente, volvería a presentar al festival con bastantes garantías de ganar.