"Competimos con los grandes despachos en calidad"

El despacho de abogados Pérez-Llorca es el más grande de los medianos. Fundado en 1983 por el ex ministro que le da nombre, las riendas las lleva hoy su hijo Pedro Pérez-Llorca (Madrid; 1968). Aunque no tiene ninguna vocación internacional, la mitad de sus clientes son empresas extranjeras, entre ellas la alemana E.ON en su esfuerzo por comprar Endesa. Y eso les ha llevado a ganar el premio Chambers al mejor despacho de la península ibérica.

Pregunta. ¿Cómo puede competir un despacho mediano como Pérez-Llorca con Garrigues, Uría y Cuatrecasas?

Respuesta. Prestando un servicio de la misma calidad y teniendo los objetivos muy claros.

P. ¿Qué objetivos?

R. Como somos medianos no intentamos hacer todo en todas partes. Tenemos una estrategia muy clara tanto de lo que queremos hacer como de lo que no, incluso de lo que no estamos en condiciones de hacer. Queremos trabajar para grandes clientes en grandes operaciones con una fuerte componente española desde nuestras oficinas de Madrid y Barcelona. No es nuestra estrategia tener una red de oficinas muy grande en España ni tener oficinas fuera. Competimos con los grandes sólo en parte.

"No es nuestra estrategia tener una red de oficinas grande en España ni abrir oficinas en el extranjero"

P. Asesoraron a Abbey en su compra por parte del Santander y hacen lo mismo con E.ON en la OPA sobre Endesa, ¿es el perfil de sus clientes?

R. El principal. También en operaciones de un tamaño más modesto. Un despacho español no puede aspirar a participar sólo en operaciones de miles de millones de euros. No es un mercado tan grande.

P. En el caso de E.ON, ¿cuál es su participación?

R. Somos abogados españoles. Siempre que trabajamos para un cliente extranjero en una operación donde hay componente de otros derechos, trabajamos con otros bufetes.

P. ¿Lo elige Pérez-Llorca?

R. O el cliente. Depende de los casos.

P. ¿Cuánto cobra un abogado en este tipo de operaciones?

R. No se puede saber.

P. ¿Por qué?

R. Porque forma parte de la relación cliente-abogado.

P. ¿Cómo se combina su vocación de internacionalidad con su resistencia a abrir oficinas en otros países?

R. Para nosotros tener una práctica internacional es trabajar con clientes extranjeros, en operaciones transfronterizas, asesorar a empresas españolas en su relación con las de otros países... No aspiramos a asesorarlas en su expansión a China.

P. ¿Ni siquiera abrir oficina en Portugal, un paso que han dado la mayoría de sus competidores?

R. No. Trabajamos siempre con otras firmas independientes del país. Con acuerdos caso por caso. Tenemos relaciones en los países en los que las empresas españolas tienen necesidades: Portugal, Francia, Italia, Reino Unido, EE UU, Alemania, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia...

P. ¿Y en los países del Este?

R. Menos, pero si detectamos la necesidad, iremos.

P. La diversidad también forma parte de sus principios, ¿cuántas socias tienen?

R. Una de 15. No es un dato del que estemos contentos. Para nosotros la diversidad es tener abogados de distintas partes y diferentes trayectorias.

P. Hay despachos donde las mujeres hacen una gran carrera hasta que tienen el segundo hijo. Entonces se estancan.

R. Es un reto, pero somos un despacho muy joven. Lo importante no es lo que ha invertido el despacho en formación, sino el esfuerzo de la abogada.

P. ¿No es un problema de organización del trabajo?

R. El horario en Madrid está montado para los hombres y hay que intentar cambiarlo, pero no es fácil.

P. ¿El despacho crece?

R. Sí. Somos más pequeños y crecemos más, en torno al 30% anual de media los últimos 10 años. Eramos 7 abogados y ahora somos más de 60.

P. ¿Pueden competir en fichajes?

R. Sí, porque buscamos abogados que quieran estar en un despacho mediano, en fase temprana, de gran crecimiento y en Madrid o Barcelona.

P. Entonces eligen ellos.

R. Eso está clarísimo. Por eso hay una arrogancia en llamarlos procesos.