"Nos equivocamos de ruta", relatan los supervivientes de Tenerife

Los seis fallecidos en la galería de agua este sábado fueron despedidos por centenares de familiares, amigos y autoridades en uno de los días más dolorosos que se recuerdan en Tenerife. Eran muy conocidos en el ámbito de la enseñanza, la universidad, la ciencia y el deporte. Un responsable de la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN), Eustaquio Villalba, reconoció que 18 de los 29 excursionistas eran asociados y "experimentados senderistas", que con frecuencia quedaban para recorrer los senderos y espacios naturales de las islas. Tres tenían el título oficial de guía.

A ellos se unió otro grupo del Instituto de Astrofísica de Canarias.

Villalba dijo que la excursión se organizó desde ATAN y que no se contaba con un guía específico para esa zona, "sino con las aportaciones de todos los que conocían y habían estudiado la ruta". El grupo partió a las 9.00 desde La Laguna y llegó a Erjos con la intención de alcanzar Los Silos a través de uno de los dos senderos que cruzan una zona de laurisilva. Optaron por el sendero de Piedra de Los Cochinos. A mitad de recorrido, hay un túnel de 500 metros -que tenían que haber cogido- que conecta la zona con el barranco de Cuevas Negras.

Pero el grupo se salió del sendero marcado y llamaron por teléfono a otro compañero de la organización para confirmar que estaban en el camino correcto. Una fatalidad hizo que los excursionistas se confundieran. El túnel estaba 200 metros más abajo. Ellos entraron en una galería de agua de 3.000 metros de longitud, sin ninguna señal y abierta. "Ha sido una desgraciada coincidencia", lamentaba Villalba impactado por la pérdida de compañeros, entre ellos, el tesorero de ATAN.

Algunos de los supervivientes han contado con cuentagotas lo ocurrido a sus familiares, apenas recuerdan lo sucedido. La versión cruzada de estas versiones ofrece este relato: "Nos equivocamos de gruta. Pensábamos que íbamos a encontrar la salida y por eso seguimos. Dos empezaron a sentirse mal cuando ya habíamos caminado cueva adentro alrededor de una hora. Les dijimos que se sentaran, que descansaran, e hicimos lo mismo. De repente, empezamos a sentirnos peor. Era como si nos anestesiaran: mareos, desorientación, mucha flojera... Nos mirábamos, pero los músculos no respondían; yo quería levantarme pero no podía. No veíamos a nadie más cerca. Nos quedamos dormidos y no recordamos más, hasta que unos bomberos de Icod nos reanimaron. Habríamos estado seis o siete horas sin consciencia, tirados en medio de un charco. Los que fallecieron lo hicieron de forma dulce, porque tuvimos la inmensa suerte de despertarnos de ese sueño".

Todos los que han podido hablar coinciden en la entrega del dispositivo de rescate: "Hubo mucha gente que nos ayudó", como "los bomberos de Icod de los Vinos". Según dicen, "entraban y salían en pequeños grupos para tratar de sacar a los demás. Los de primera línea eran los bomberos y los equipos del Seprona [de la Guardia Civil]. Lo dieron todo por nosotros".

Portavoces del Cabildo Insular de Tenerife hablaron ayer por primera vez, sólo para matizar que la responsabilidad de la seguridad y señalización de las galerías no es competencia del Consejo Insular de Aguas, sino de sus propietarios y, en último caso, de la Dirección General de Minas. "Nosotros velamos porque se cumplan los parámetros de calidad y cantidad que llegan al suministro de la población, como era este caso", dijo José Joaquín Bethencourt, consejero insular, "pero no de su explotación minera", matizó. Añadió que vecinos de la zona han asegurado que había una puerta metálica con un candado en la boca de la galería "hace unas semanas" y recalcó que "los senderos por los que circulan cientos de residentes y turistas de toda Europa están perfectamente marcados y señalizados". Sólo que este grupo "se salió del camino marcado", añadió. El político tinerfeño dijo que "cualquiera sabría distinguir entre un túnel y una galería, entre otras cosas, porque hay carriles y una conducción de agua".