Los albergues de animales acogen 14.000 perros cada año
Los 14 albergues que existen en Galicia para refugio de animales resultan claramente insuficientes para acoger a los 14.000 perros que cada año son abandonados. Las protectoras reciben, cada vez con más asiduidad, animales exóticos, y la comunidad tampoco se escapa al fenómeno de las peleas de perros clandestinas: "Las hay, pero son muy difíciles de detectar", comenta el presidente de la Unión de Protectoras Federadas de Galicia (UPFG), Javier García Calleja.
La UPFG agrupa a 10 de las 12 protectoras que existen en Galicia, en las que en estos momentos tutelan a unos 6.000 perros abandonados. Pero no sólo son perros. A los albergues llegan iguanas, hurones, conejos enanos y "cualquier día aparecerá un cerdo vietnamita que también están muy de moda", se lamenta Javier Calleja.
El presidente de la UPFG clama por una ley que ponga "cierto coto" al nuevo "desmadre" que se está originando con la comercialización de animales exóticos. "¿Si no estamos preparados para convivir con perros, cómo lo vamos a estar para hacerlo con una iguana de las Malvinas, una boa o un loro de Guinea?", se pregunta. El principal problema está en las sociedades protectoras de animales, que se encuentran con estos nuevos animales y no están preparados convenientemente para acometer sus cuidados. En un futuro casi inmediato esta moda "condicionará nuestra formación" las necesidades de formación en las protectoras.
A todo esto, la mayor parte de los albergues no disponen de ayudas institucionales. Cambados, Vigo, Ourense y Lugo son algunas de las excepciones que tienen convenios con entidades locales. "El resto sobrevive como puede, que no suele ser bien", añadió el presidente de la asociación. Calleja denuncia la falta de albergues municipales en Galicia, e invita a una reflexión a los "papás" para que "se lo piensen antes de darle el caprichito al niño".
Regalos abandonados
En la sociedad protectora de animales de Lugo, que esta semana cumplió 25 años de existencia, encontraron días atrás un perro que fue arrojado al interior del albergue sin ninguna comunicación previa. Calleja lo tiene muy claro: "Procedía de un regalo". Otro can fue arrojado en las mismas condiciones, aunque en este caso fue, dice, "para que pasara allí los pocos días que le quedan de vida".
En ocasiones no son sólo los regalos los que se abandonan. La alarma que se puede generar con situaciones concretas también repercute en los albergues. Así, como consecuencia de la crisis de la gripe aviar, a las puertas de uno de los albergues gallegos se encontraron con dos cajas en las que estaban repartidas cinco gallinas que luego entregadas en adopción. Con todo, el abandono casi es una minucia si se compara con el maltrato que a veces se dispensa a los animales. En este apartado son los perros los que se llevan la peor parte.
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