El Celta, al borde del desastre
El club gallego, que cumple diez partidos sin ganar, empata con el Nàstic
Poco se podía esperar de un choque en Balaídos entre el peor visitante de la Liga, el Nàstic, y el equipo gallego, que en casa no gana desde hace meses y ayer cumplió diez partidos sin ganar. El empate fue despedido con los primeros pitos en la grada. Celta camina sin espíritu, sin un líder de peso. El único que desempeñó ayer este papel fue el pivote vigués Borja Oubiña, que realizó su partido más completo. El gol del gallego sólo fue una muestra del juego desarrollado en todo el choque: balones interceptados, pases de peligro, remates a puerta, desbloqueo de los múltiples enredos cometidos por su equipo... Vázquez, por su parte, estuvo ausente del banquillo por acumulación de tarjetas.
CELTA 1 - NÀSTIC 1
Celta: Pinto; Ángel, Tamas, Contreras, Placente; Iriney, Oubiña; Gustavo López (Núñez, m. 57), Canobbio (Guayre m. 83), Nené; y Baiano. No utilizados: Esteban, Pablo García, Yago, Jonathan Aspas, De Ridder.
Nástic: Bizzarri; Mingo, Matellán, Navas, Calvo; Generelo (Merino m. 65), Morales; Díaz ( Cuéllar m. 52), Pinilla (Rubén Castro m. 85), Campano; y Portillo. No utilizados: Álvaro, Chabaud, David García, Marco.
Goles: 1-0. M. 49. Oubiña remata de cabeza un centro a la medida de Gustavo López. 1-1. M. 77. Portillo remata un centro de cabeza tras una gran carrera y centro de Pinilla.
Árbitro: Fernandez Borbalán. Amonestó a Morales, Placente y Núñez.
Unos 15.000 espectadores en Balaídos
El partido comenzó al revés. Fueron los de Paco Flores los que apretaron a los vigueses. El toque fino y raso que dio nombre al Celta ha desaparecido y, ahora, los de atrás lanzan balones altos o galopadas de esas que siempre acaban mal. El Nàstic, que es el peor conjunto de la Liga, se creció ante la racha nefasta del Celta y ante su falta de carácter y llegó a dominar parte del choque. Pinilla se movió con facilidad en todo el campo, bloqueo la salida del Celta desde atrás y fue el más importante en el ataque de su equipo.
Fueron precisamente los dos pivotes principales de los dos conjuntos -Pinilla y Oubiña- los que protagonizaron el duelo de la jornada. Y eso que apenas hubo juego en el centro del campo. El gallego tuvo que poner orden a su equipo y resolver sus numerosos desaciertos, tanto en ataque como en el plano defensivo.
El premio al esfuerzo de Oubiña llegó con un remate de cabeza tras un gran centro del argentino Gustavo López. Los de Vázquez, en lugar de buscar un segundo gol para apuntalar el resultado, cometieron el mismo error de los últimos meses y permitieron el avance de los catalanes. Pinilla, que ya había hecho mucho daño en todo el encuentro, se lanzó con una galopada por la izquierda y entregó un centro a Portillo que remató con facilidad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.