Hereu insta a CiU y al PP a no "jugar con el miedo" de la gente con el trazado del AVE

Más que una discusión sobre el trazado del AVE una vez llegue a la estación de Sants, en Barcelona, el debate del pleno municipal puso ayer sobre el tapete el futuro de la ciudad. CiU y el PP se alinearon en la defensa de paralizar el trazado aprobado por el Eixample hasta llegar a la futura estación de la Sagrera por el "miedo" que suscitan en Barcelona los túneles desde el accidente del Carmel. Fue el alcalde, Jordi Hereu, quien les instó precisamente a no "jugar con el miedo" como baza electoral para poner en tela de juicio el trazado pactado.

El pacto sobre el trazado, por cierto, fue suscrito por el Ayuntamiento de Barcelona con el Gobierno catalán, entonces de Convergència i Unió (CiU), y por el central, en aquella época del Partido Popular. Eso ocurrió en 2002, pero desde entonces han ocurrido bastantes cosas. "Lo que le ha pasado a CiU es que está en la oposición", contestó el primer teniente de alcalde, Xavier Casas, a la proposición de CiU sobre el trazado del tren de alta velocidad. El presidente del grupo municipal de CiU, Xavier Trias, defendió la conexión con Francia a través del corredor del Vallès y se pronunció a favor de paralizar el túnel previsto entre Sants y Sagrera si no se construía al mismo tiempo la estación en el paseo de Gràcia. En cambio, defendió el túnel si se hacía esa estación. A continuación dijo que desde el hundimiento del Carmel "no hay confianza" y que los ciudadanos piden más seguridad.

"¿En qué quedamos, cuál es su criterio. Dice que admite el túnel si hay estación en el paseo de Gràcia y se opone al túnel por motivos de seguridad si no se construye la estación en el paseo de Gràcia?", le replicó Casas, quien le recriminó que su propuesta llevara aparejada dos cosas negativas para la ciudad. Una, si no se construye el tercer túnel no se puede duplicar la capacidad de Cercanías, y dos, sin el túnel la planificación urbanística de la Sagrera se queda en vía muerta. "Con su propuesta, usted va en contra de Barcelona", repitió Casas más de una vez. La cobertura de las vías que parten en dos el barrio de la Sagrera -y en menor medida afectan al distrito de Sant Andreu- es un proyecto de ciudad que pretende crear un nuevo eje de centralidad al norte de Barcelona. Es una aspiración compartida por muchos residentes de Sant Martí, Sant Andreu y hasta de Nou Barris, que está en el aire hasta que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) desafecte las vías (véase EL PAÍS del pasado 26 de enero).

Alberto Fernández Díaz (PP) también espoleó el "miedo" y el "síndrome del Carmel" para apoyar, en parte, la proposición de CiU: "Es mejor dejar el túnel de la Sagrera en vía muerta".

Perder plumas

"Nada de eso", dijo la dirigente ecosocialista Imma Mayol: "Para llegar a aquel acuerdo político [en referencia al pacto del trazado del AVE en 2002] todos perdimos plumas, Nosotros los primeros porque Iniciativa era partidaria de otro tipo de tren más sostenible y no del AVE. Pero lo asumimos, y lo que no puede ser es que ahora, como estrategia electoral, se azuce el miedo a la obra pública. Es irresponsable y lamentable". Después preguntó directamente a Trias por qué su empeño en la estación del paseo de Gràcia: "No todo el mundo va al paseo de Gràcia. ¿Y los barrios del norte de la ciudad?". La dirigente ecosocialista defendió también que ya no se trata sólo del AVE, sino de garantizar un túnel más para aumentar la capacidad de Cercanías.

Tanto Mayol como Jordi Portabella (ERC) -que no entró en el debate de la Sagrera- insistieron en un punto: el túnel se tiene que hacer dando toda la tranquilidad a los ciudadanos: "Hay que revisar los pisos del perímetro del túnel antes y después [a falta de un número cerrado se calcula que las revisiones superarán de forma generosa el millar de fincas] de hacer el túnel", apuntó Portabella. En ese sentido, el alcalde se comprometió a exigir a Fomento todo tipo de garantías y cargó con vehemencia contra la propuesta de CiU: "Es ridícula e inaceptable porque supone dejar en vía muerta el desarrollo del norte de la ciudad al apostar por el trazado del Vallès".

Hereu concluyó su intervención instando a la oposición a no frivolizar a tres meses de las elecciones y agitar el "miedo" de los ciudadanos para que duden de la obra pública.