"Es un milagro que la comedia funcione"

Elena Anaya (Palencia, 1975) intenta combinar la presentación de su última película, Miguel y William, con los ensayos de su próximo estreno en el Teatro Español de Madrid y una gripe que apenas le permite respirar. Y todo ello, sin perder la sonrisa.

Ha sacado su lado "más canalla", como ella misma describe, para seducir en el cine a dos grandes mitos: Cervantes y Shakespeare, encarnados por Juan Luis Galiardo y Will Kemp. Dos autores enfrentados por su personaje, Leonor de Vibero, una lolita del siglo XVI, que además está prometida a un viejo duque castellano. La directora Inés París plantea así, en su primer filme en solitario, una comedia de aventuras con un hipotético encuentro de ambos escritores en España.

"Me apetecía mucho la historia, me parecía muy divertida y al mismo tiempo muy difícil. Y esto es lo que me pone mogollón: estar en mi casa y recibir un proyecto que sea diferente de todo lo que he hecho hasta ahora", explica la actriz. "¿Lo más complicado? No sólo fue cantar con el arpa, que no he cantado en mi vida, o montar a caballo o descolgarme por una ventana. Lo más difícil era la comedia en sí. Es un milagro que funcione".

Entre sus compañeros de reparto se encuentra también la veterana actriz Geraldine Chaplin, como ama que guarda la virginidad de la joven hasta el matrimonio. "Geraldine es una mujer divertidísima, no dejábamos de reír. En el carruaje que nos traía de Londres, yo tenía que parar muchas veces por la risa, para decirle: 'Geraldine, por favor, calla, te juro por mi vida que no puedo más", confiesa Anaya entre carcajadas.

Su próximo proyecto, en cambio, la obliga a cambiar de registro nuevamente. A finales de febrero estrenará sobre un escenario Homebody-Kabul, escrita por el pulitzer Tony Kusher y dirigida por Mario Gas en el Teatro Español.

La obra retrata a una familia desestructurada y sin afecto, donde la madre huye de casa, viaja a Kabul y allí desaparece. Elena Anaya es la hija que acude a Afganistán para recuperar el cadáver de su madre. Afirma que es lo más "brutal" que ha leído hasta ahora, con personajes muy complejos, como toda la obra de Tony Kusher, adictos a los antidepresivos y con problemas de comunicación: "Es un texto muy bestia, un tipo de teatro de consumo lento. Hay cine o teatro que ves y te vas a cenar y lo olvidas si quieres. Pero esta obra no, esta obra te agarra por dentro y sigues dando vueltas después, vas atando cabos".

Entre las necesidades del texto se encuentra actuar con burka, ya que en Kabul no podría salir a la calle sin él. Una de las frases de su personaje muestra la dificultad: "Es como si hubiera contraído una afección oftalmológica exótica". La actriz tiene las piernas llenas de moratones por las caídas y tropiezos en los ensayos. "No puedes ver ni respirar bien, te caes, tropiezas con todo y provoca mucha angustia", comenta Anaya.

Homebody-Kabul fue escrita en 1998 y actualizada posteriormente por el autor, que recibió feroces críticas por los sectores más conservadores de Estados Unidos, por su crítica sobre el doble rasero de sus relaciones con los talibanes. En la versión española, el reparto está formado por Vicky Peña, Roberto Álvarez, Gloria Muñoz, Jordi Collet y varios actores de origen árabe. Elena Anaya señala que "ha sido un sueño que Mario Gas" la eligiera para esta obra. "Hice dos pruebas con él y después le dije: 'Gracias por llamarme, aunque no tenga el papel, gracias"."Lo que 'me pone' mogollón es recibir un proyecto distinto a todo lo que he hecho"