Por fin moda
Frescura, vanguardismo y lujo en el segundo día de desfiles
Todo es cuestión de hábito, como bien sabe el monje. Los desfiles de la segunda jornada de la Semana de la Moda apuntaron dos puntos de interés. Por una parte, la frescura y contemporaneidad de Nona y Porfin!, y de otro lado, Hannibal Laguna, con su peculiar regresión a los clásicos de siempre, han dado dos polos diferenciados pero unidos en el buen hacer. Los desfiles se abrieron por la mañana con Dolores Cortés, que hizo un exquisito trabajo con la ropa de baño para ¿invierno?, especialmente el negro, las transparencias, y las formas sinuosas. Cortés juega con las chicas más perversas, se zambulle en las piscinas de Las Vegas y Beverly Hills y se empapa del desenfado y el exceso. Un exceso que es una forma de vencer el aburrimiento que genera la misma cultura del exceso.
La jornada aunó la frescura de Nona y Porfin! con la vanguardia de Laguna
Ya en la tarde, tras el diseño de Matilda y su inspiración en el mundo de la peluquería con un cierto humor bastante inocente, pasó Noelia Navarro. Dinámica, motivada, lanzada. Nona muestra, sencillamente, lo mejor de sí misma. Su propuesta de prendas que marcan silueta fue todo un acierto. Una colección romántica, sin ser relamida, y vanguardista, sin llegar a ser transgresora. La ropa, siempre dentro del estilo de Nona, era sobria y no se andaba por las ramas, descartaba buscar cualquier efecto redundante para arraigarse a los complejos tiempos de hoy: superposiciones, tejidos tecnológicos, volúmenes de texturas de inspiración leather es muy equilibrada. Verdaderamente, una buena sorpresa. A continuación, Porfin!, de Alejandro Saez de la Torre, ha madurado en un proceso estilístico donde siempre está presente y por detrás la esencia de este diseñador y ya hoy un verdadero clásico de esta Semana de la Moda: su sentido de lo orgánico, su visión de la línea y el color otoñal, su engañosa sencillez y sobre todo su melancolía, están recogidos admirablemente en esta colección que se inspira en los recuerdos casi desechados de su infancia. Alejandro busca en las texturas de las prendas los estratos de la memoria. Cubriendo el cuerpo con la prenda de vestir, nunca imponiendo siluetas o formas, sino intentando encontrar una armonía que contenga la propia naturaleza que la inspira.
La jornada se cerró con el espectacular desfile del diseñador alicantino honoris causa. Hannibal Laguna se reafirma como un creador de vanguardia bien instalado en el segmento de lujo. Su propuesta para el invierno 2007/08 se apoya en lo mini, los vestidos joya, el negro absoluto, las estructuras tubulares, y los estampados vegetales, en un enfebrecido viaje a la opulencia y al glamour más cinematográfico. ¿Qué sería de Laguna sin Hollywood? La verdadera emoción de este calendario valenciano se inspira, una vez más en la edad de oro de los grandes estudios. De las Barbarellas de sus inicios a estas Joan Crawford revisitadas sin pasar por la casilla de salida.
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