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Reportaje:

Una calle con peaje

Un semáforo con bolardos obliga a muchos conductores a pagar en un parking subterráneo para circular por el centro de Castellón

María Fabra

La mayoría de los ciudadanos de Castellón sabe qué pasa cuando se accede a la calle Mayor. Pero no todos. Y mucho menos quienes acuden sólo de vez en cuando a esta ciudad con afán de capitalidad. No digamos ya qué ocurre con aquellos que la visitan por primera vez. Castellón tiene una calle con peaje.

Sólo el conductor avispado, pero que muy avispado, al acceder a la calle Mayor por la Plaza de la Paz, es capaz de detectar unas pequeñas señales, de "circulación prohibida". No se trata de la popular señal de prohibido el paso, sino de otra que se instaló cuando se "semipeatonalizó" esta calle. Sin embargo, existe un importante trasiego y, habitualmente, aunque un agente de movilidad urbana (AMU), obviar las señales es considerablemente fácil.

Si el conductor, además de avispado, tiene buena vista y circula muy despacio puede leer una pequeña chapa que dice "excepto parking Santa Clara, autorizados y carga y descarga de 8 a 12 horas". El caso es que, diariamente, hay conductores que ni ven la señal de circulación prohibida ni la chapa de las excepciones y encaminan su vehículo hacia la calle Mayor. A escasos metros, aparece un semáforo junto a dos bolardos de esos que aparecen y desaparecen bajo tierra. El inusual conductor de este tramo espera porque el semáforo está rojo. Espera, espera, espera y desespera porque el semáforo no se pone en verde y el bolardo no baja a no ser que se disponga de la tarjeta necesaria para activar el mecanismo. Para entonces, ya se ha armado un colapso de tráfico y el conductor en conflicto trata de hacer marcha atrás o subirse por la acera. Eso si el semáforo está rojo, porque si es de los pocos que lo encuentra verde porque el conductor de delante lleva tarjeta para bajar el bolardo, la visita al taller está garantizada ya que el dispositivo se vuelve a subir, a toda prisa, en cuanto pasa el primer coche, con lo que también es habitual encontrar el pivote empotrado en turismos y furgonetas.

Si el conductor conoce el mecanismo del semáforo y el bolardo o logra dar marcha atrás unos tres metros, se encuentra con que su única "salida" es el acceso a un parking subterráneo para salir por otra de sus rampas. Y empiezan las dudas y el mal humor. Quienes cometen el "error" por la mañana están de suerte porque la primera hora de parking es gratuita hasta las 15.00. Pero más allá, empieza un nuevo conflicto y tampoco es extraño ver a los cobradores discutiendo con los conductores sobre la "obligación" de meterse en el aparcamiento.

El Ayuntamiento alega que ya existe una placa. El caso es que acceder a la calle Mayor de Castellón puede resultar toda una aventura con atasco de tráfico, visita al taller, o peaje.

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