Maestros de lujo

"El Milan para los milanistas". Podría ser un coro de los hinchas o un eslogan comercial de Silvio Berlusconi. Pero no lo es. Es la frase que utiliza Adriano Galliani, vicepresidente del club lombardo, para ilustrar la política del club. Y es que si alguien caminara por el centro deportivo Vismara -al sur de Milán a unos 45 minutos de Milanello- se preguntaría si se ha metido involuntariamente en la máquina del tiempo.

Es un jueves de enero y entre los edificios grises de Milán aparecen uno tras otro Franco Baresi, Alberigo Evani y Stefano Eranio. Llevan chaquetas y vaqueros. Los tres fueron compañeros de equipo en la década de los noventa, compartieron el vestuario durante muchos años y ahora se encuentran todos los días en las instalaciones del Vismara. "Franco siempre llega tarde. Hoy tiene suerte porque su equipo juega un amistoso pero a las cuatro", bromea Eranio, gorro negro en la cabeza. Está esperando a Baresi, el técnico de la Berretti, categoría intermedia que separa del filial a los alevines.

El ex extremo derecho del Milan dejó el club en 1997 y tras una experiencia en la Premier regresó a Italia para encargarse de la categoría de los giovanissimi (nacidos en 1992). "Oye tú, llévate los balones", le grita a un jugador. Junto a él está Alberigo Evani quien creció en la cantera del Milan y vistió su camiseta durante diez años (1982-92). Entrena a los alevines y está "en continuo contacto telefónico" con Filippo Galli, otro ex jugador del Milan de los años 90 que, desde el año pasado y tras sustituir a Franco Baresi, es técnico del filial. "En los alevines es donde pescamos jugadores para que suban. Intento ir a ver todos sus partidos pero cuando no puedo hablo con Evani. Estamos siempre en contacto", explica Galli.

"La verdad es que la política del club está funcionando, para mí es una satisfacción enorme trabajar con los jóvenes", comenta. Sin embargo, según otras fuentes del club hay "pequeños fallos" en la política con los sectores juveniles. "Los más pequeños, entre los 11 y 14 años, no están bien. De ellos se ocupan hijos de alguien. Pero, no están preparados. Los jugadores tan jóvenes necesitan a técnicos expertos a nivel físico", analizan al tiempo que añaden: "Es una lástima porque el Milan se merece mucho más y porque los errores ya no se pueden corregir con 15 ó 16 años. Estamos a años luz de otros equipos de Primera. Allí es donde nos están ganando", concluyen.

El preparador de los porteros del filial es Sebastiano Rossi, meta del equipo rossonero desde 1990 hasta 2002. Los gritos de Seba se escuchan por todo Milanello. "¡Llama a tus defensas, grítale donde tienen que estar porque el peligro está en la contra!", aconseja. Galli, retirado hace apenas tres años, reconoce que el fútbol ha cambiado mucho. "Hace años los canteranos miraban a los jugadores del primer equipo casi con miedo, no había contacto directo entre ellos y los pequeños hasta llevaban las maletas de los mayores. Esto ya no se ve, el ambiente y las relaciones son mucho más abiertas", cuenta. Solo le queda apagar las luces. Mañana, otro día más.