La cúpula militar teme el 'efecto contagio' de la protesta de los guardias civiles

La cúpula del Ejército trasladó al ministro de Defensa, José Antonio Alonso, su malestar por la manifestación que congregó a 3.000 guardias civiles el pasado domingo en Madrid. Este acto reivindicativo, en el que los agentes salieron a la calle en uniforme para pedir su desmilitarización, cayó como una bomba entre los altos mandos, hasta el punto de que, preocupados por su 'efecto contagio' en las Fuerzas Armadas, aprovecharon el Consejo Superior del Ejército de Tierra, reunido el pasado martes en el palacio de Buenavista, para transmitirle directamente su estado de ánimo al ministro.

Para ello, los tenientes generales en activo se reunieron con el jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Carlos Villar, y expresaron sin tapujos su parecer. Tras escucharles, Villar se ausentó de la reunión y explicó a Alonso la situación. Acto seguido, el ministro y Villar fueron a almorzar con los generales, momento que Alonso aprovechó para instar a los mandos a erradicar cualquier brote de indisciplina en las Fuerzas Armadas. En los días siguientes han sido expedientados dos líderes de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), convocante de la protesta, y arrestado el presidente de una asociación de militares. La AUGC afirmó ayer que el Gobierno ha cedido a la presión de la cúpula militar y prepara 30 expedientes contra miembros de la asociación.

"Es lo más grave que ha sucedido en los últimos años", opina un mando militar.