Sin Instituto Cervantes en Australia
¿Cómo es posible que una institución como el Instituto Cervantes no esté presente en Australia? Es una pena que no estemos representados en uno de los cinco continentes. Creo que no valen excusas tales como: "Estamos en plena expansión", "se está estudiando", "es un gasto que no se puede asumir en este momento".
Vivo en Sidney y tengo que ver con cierta vergüenza y complejo ante mis vecinos europeos (estudio en una importante universidad con estudiantes de toda Europa y Asia), cómo el Instituto Goethe, el Instituto Italiano de Cultura y el Instituto Francés tienen una o más sedes en Australia. En las salas veo ciclos de cine francés por todo Sidney, promoción de la cultura alemana en todas sus manifestaciones por la calle y creciente interés por cursos de italiano en las escuelas.
Nosotros, orgullosos de nuestro idioma por su belleza y complejidad (sin ningún ánimo patrioterista en mis palabras) y su expansión por todo el mundo, no podemos ni siquiera abrir una mísera oficina, sucursal o cualquier tipo de sede que, seguramente, no costaría más dinero que lo que algunos de sus directivos gastan en dietas a final de mes.
En una tierra en la que puedo saludar por la calle a Jean Cocteau, Herman Hesse o Pier Paolo Pasolini, siguen esperando su visado García Lorca, Luis Buñuel, Jorge Luis Borges o Julio Cortázar. Esperemos que pronto les concedan, al menos, el visado de 20 horas de trabajo semanales.
