La Caixa anuncia su expansión al este de Europa tras ganar 3.025 millones

La Caixa se da hasta 2010 para culminar su expansión territorial en España, y en ese plazo abrirá otras 814 oficinas, hasta sumar 6.000. Así lo prevé el plan estratégico de la primera caja española, que contempla duplicar el beneficio sin extraordinarios hasta los 3.000 millones de euros, prácticamente lo mismo que ganó en 2006 gracias al impulso de la venta de empresas participadas. Este año, la caja iniciará su expansión "en la Europa en desarrollo" con red propia, comprando redes de sucursales o incluso un banco. Abrirá oficinas en Polonia, Rumania, Bulgaria, Grecia, Turquía y Marruecos.

Hace un año, la tercera entidad financiera española tras Santander y BBVA dio por superado el boicoteo que admitió haber sufrido por el clima político anticatalán que se vivió en España en 2005. Ayer, su presidente, Ricard Fornesa, y su director general, Isidre Fainé, fueron más allá. Calificaron el ejercicio de "excelente", con casi medio millón de nuevos clientes netos, y aseguraron que la entidad "ha salido fortalecida" de aquella campaña "incómoda". "Uno de cada cinco españoles es cliente de La Caixa", sacó pecho Fainé. El centro y el norte de España son dos de las áreas donde se quiere impulsar el crecimiento, que en 2006 registró el mayor incremento en Madrid (29,7%).

La caja ganó 3.025 millones de euros el pasado año, un 102,4% más que en 2005, un resultado marcado por las desinversiones en Colonial, el Sabadell o Crèdit Andorrà, que supusieron 2.077 millones en plusvalías. Sin esos extraordinarios, el beneficio neto de La Caixa aumentó un 24,4% y se situó en 1.505 millones, por el tirón de la actividad comercial. ¿Qué hacer, con tanto dinero? Al margen de la Obra Social, que aumentará en 2.000 millones en los próximos cuatro años, de la financiación crediticia y de la expansión de la red de sucursales, Fornesa dijo: "Procederemos a reinvertirlo, como hemos hecho este año".

Según los datos ofrecidos ayer, La Caixa se ha reforzado en 2006 un 1,1% en Abertis, un 0,3% en Aguas de Barcelona (Agbar) y un 9% del portugués BPI, que servirá de modelo a la Caixa para la eventual compra de un banco en Europa del Este. Junto a Gas Natural, estas empresas fueron definidas por Fainé como "estratégicas", aunque Fornesa remarcó que no se proponen vender otras que no consolidan en el resultado, como Repsol o Telefónica.

"Queremos posicionarnos en países donde hay una base de empresas españolas. Creceremos abriendo sucursales, o con posibles compras de redes bancarias. Pero, efectivamente, estamos dispuestos a comprar un banco. Existe el plan", apuntó Fornesa. Un plan por ahora no suficientemente "maduro", añadió. A medio plazo, la caja estima que su negocio internacional debe pesar entre un 10% y un 20% del total.

La euforia de la Bolsa ha provocado que, a pesar de las desinversiones a las que en enero se ha sumado la venta de Suez, la cartera de participadas de la entidad sumaran a 31 de diciembre 21.200 millones de euros (18.480 millones contando sólo las cotizadas, con unas plusvalías latentes de 9.976 millones).

Fornesa admitió que no está claro qué participaciones entrarán a formar parte del holding que sacará a Bolsa, aunque sugirió que habrá en él también empresas ajenas al parqué. La salida a Bolsa es "un proyecto de envergadura" que sigue "un calendario más lento" de lo previsto, dijo. En el primer trimestre se definirá el perímetro de ese holding, y luego se procederá a contratar un banco de inversión para la colocación, que se intentará que sea "dentro de este ejercicio", y que el mercado no espera hasta después del verano.