La pesca con almadraba de 'El cerco'

La sala cuatro del Holiday Village Cinema de Park City (Utah, Estados Unidos) acogerá mañana la última proyección de El cerco, un cortometraje documental rodado en Barbate (Cádiz), que se ha convertido, junto a El camino de los ingleses, de Antonio Banderas, en la única cinta española participante en el prestigioso festival de cine independiente de Sundance, que alberga esta pequeña ciudad. Los autores de este corto, Ricardo Íscar e Ignacio Martín, ganadores el año pasado de un galardón en Berlín, todavía se sorprenden del éxito internacional de su trabajo. "Es un documental emotivo en el que nuestra mirada está presente", defiende Martín.

La de mañana será la quinta proyección. "Ha despertado un gran interés. De hecho, ha sido el corto que más preguntas ha generado entre el público, y algunos lo dan como favorito", señalan los autores desde Sundance, a donde llegaron esta semana. Este festival, impulsado por el actor y director Robert Redford, es la meca del cine independiente. Por las calles cubiertas de nieve por donde pasean ahora Íscar y Martín se saludan reputados directores y actores de películas alejadas de la gran industria. También nuevos creadores como ellos en busca de un éxito que les dé a conocer definitivamente. La sola selección de su cinta ha sido todo un triunfo. Se presentaron más de 3.000 y apenas se proyectarán 200.

Íscar y Martín han dibujado una almadraba en sepia, casi nostálgica

El cerco nació hace siete años. Sus dos directores estaban rodando La Punta del Moral, un documental sobre la desaparición de un pueblo de pescadores de Huelva debido al empuje del turismo de lujo. Aquel pueblo onubense se había creado en torno a la tradición de la pesca con almadraba, un conjunto de redes para capturar el atún, que ya sólo se mantiene en la costa gaditana. Para insertar algunos planos se embarcaron en Barbate. Aquellas imágenes les permitieron montar un nuevo trabajo, un corto entonces recién nacido que estrenaron en 2005 y que, desde entonces, les ha dado sus mayores triunfos al permitirles pasear por más de 90 festivales internacionales. La película ha sido producida por el Centre d'Estudis Cinematogràfics de Catalunya, donde Ricardo Íscar es profesor y donde Ignacio Martín está ultimando un nuevo trabajo. Sus alumnos colaboraron en el montaje.

Íscar y Martín han dibujado una almadraba en sepia, casi nostálgica. El cerco se acerca a esta tradición pesquera casi desde la poesía. "No es un documental informativo. Hemos querido aplicar nuestro punto de vista y nuestra manera de ver el cine documental", explica Martín. Un cine inspirado en el séptimo arte estadounidense más clásico con referentes que asumen sin complejos. "Está inspirado en los orígenes del cine como Robert Flaherty", reconoce. De ese cineasta, autor de Hombres de Arán o Nanuk el Esquimal, han extraído el estilo y el tema, la relación del hombre con la naturaleza. Lo que más les impresionó de la pesca con almadraba fue la lucha a muerte, la relación entre el cazador y el cazado. También cómo ha sobrevivido el estilo tradicional de este arte de pesca, prácticamente, sin perder ninguno de sus elementos. "Finalmente vence el hombre. El título de El cerco viene a expresar esa idea. El hombre es cazador no sólo en la almadraba sino en general, de ahí el inserto de planos en los que se ve el mar desde la playa. El cerco no es sólo la almadraba sino que abarca la relación del hombre con la naturaleza", concluye Ignacio Martín.