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EA acudirá en solitario a las elecciones con el apoyo de una holgada mayoría de su congreso

El sector crítico asume la derrota y promete defender la cohesión para los comicios de mayo

Los dos sectores que conviven en Eusko Alkartasuna (EA) permanentemente enfrentados sobre la conveniencia de mantener una coalición electoral con el PNV se vieron ayer, por fin, las caras y midieron sus fuerzas en un congreso extraordinario en el que participaron un total de 578 compromisarios, que votaron en secreto. El veredicto fue rotundo y ratificó con 353 votos a favor (61%) la propuesta de la ejecutiva que preside Begoña Errazti de acudir en solitario a las elecciones municipales y forales del próximo mes de mayo frente a los 222 favorables a la coalición (38,4%) y tres abstenciones. El sector crítico, mayoritario en Guipúzcoa, asumió su derrota después de la votación.

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"El resultado ha sido claro. Menos del 40% ha apoyado nuestra enmienda a la totalidad, lo cual demuestra que la mayoría aquí representada no está a favor de la coalición con el PNV", admitió el presidente del partido en Guipuzcoa y principal representante del sector crítico, Iñaki Galdos, tras conocerse el contundente resultado del congreso desfavorable a su tesis. Y añadió: "Asumiendo la derrota, deseo hacer también votos para que se mantenga la unidad del partido y acudamos cohesionados a la siguiente cita electoral, porque EA debe salir reforzada".

Estas palabras de Galdos a los medios informativos zanjan una vieja discusión que ha planeado como una sombra sobre el partido desde que Carlos Garaikoetxea dimitiese de su presidencia en 1999, y ha dividido a una afiliación que ayer, por fin, pudo al menos medirse y constatar el respaldo de cada opción. También lo subrayó Galdos al asegurar, después de su derrota, que "este debate, interesante, intenso y provechoso, se podía haber hecho antes".

El congreso aglutinó en el Palacio Euskalduna de Bilbao a 578 compromisarios elegidos por las juntas municipales en representación de los afiliados. Un total de 239 procedían de Vizcaya, 207 de Guipúzcoa, 64 de Álava, 48 de Navarra y siete del País Vasco francés. La inclusión de los restantes 13 compromisarios ayer mismo motivó discusiones entre los dos sectores.

El debate de la ponencia y sus enmiendas, al que no se permitió el acceso a los medios de comunicación, se desarrolló sin crispación entre los asistentes. La dureza se limitó al enfrentamiento dialéctico que mantuvieron en la sala el secretario de Organización, Rafael Larreina, defensor de acudir en solitario, e Iñaki Galdos, al defender sus respectivas posiciones.

Larreina reiteró que el proyecto de EA no pasa por "ninguna convergencia y centralidad con el PNV". Alertó del riesgo de convertir la coalición con el partido de Josu Jon Imaz en una alianza estratégica como la catalana CiU, lo que les dejaría desdibujados y sin perfil propio. Y se mostró convencido de que EA puede recibir votos del sector soberanista del PNV crítico con Imaz y de simpatizantes de la izquierda abertzale desencantados con la ruptura del proceso de paz.

Galdos, a quien apoyan la mayoría de los cargos públicos actuales de Eusko Alkartasuna, entre ellos 16 alcaldes en Guipúzcoa, defendió la coalición para mantener "la representación política e institucional" que ha sido "principal referencia social y electoral" de la comunidad autónoma. Recordó que un sondeo reciente de la Diputación guipuzcoana registraba un trasvase ínfimo de votos a EA procedentes de la izquierda radical.

Hasta el final de la votación se mantuvo la expectación sobre el resultado. La mesa del congreso, presidida por Mikel Irujo, aceptó que el voto fuese secreto en un ajustado resultado de cuatro a tres. Esta opción que habían exigido los críticos abría posibilidades para este sector, que albergaba esperanzas de conseguir el apoyo de compromisarios de la Margen Izquierda. Al conocer el resultado, admitieron que, pese al secreto, se había mantenido la disciplina.

Mientras se producía la votación, compromisarios de ambos sectores reconocían su incapacidad para adelantar un resultado que consideraban igualado.

Iñaki Galdós (sentado) observa a la presidenta del partido, Begoña Errazti, en un momento del congreso.
Iñaki Galdós (sentado) observa a la presidenta del partido, Begoña Errazti, en un momento del congreso.EFE

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