Los Delaunay en Barcelona

Una nueva galería de arte en Barcelona inicia su andadura con una amplia exposición que muestra la obra colorista de Sonia y Robert Delaunay, y rastrea la relación que el matrimonio de artistas tuvo con España entre 1914 y 1922. Pinturas, dibujos, grabados y diseños textiles de dos grandes artistas del color, inclinados a las formas puras y abstractas.

El galerista Manuel Barbié Nogaret acaba de abrir nuevo local en Barcelona y lo hace por todo lo alto, con una pequeña y magnífica retrospectiva de Robert y Sonia Delaunay que es digna de un museo, e incluso cuenta con un voluminoso y documentado catálogo de cuidada edición. Tanto para la exposición como para la edición del libro se ha contado con la participación de Richard Riss, comisario, y Jean-Louis Delaunay, nieto y heredero de Robert y Sonia.

No es muy normal que una galería privada pueda ofrecer a la venta una tan cuidada selección de obras de unos autores ya consagrados, con piezas que representan todas sus diversas épocas y con algunas piezas realmente destacadas tal como sucede en este caso concreto con los Delaunay, un matrimonio de artistas que pasó unos años decisivos en nuestro país -entre 1914 y 1922- y se implicó bastante en la vida artística de Madrid, Barcelona y Bilbao. Sin embargo, su rastro se perdió rápidamente a su vuelta en París.

En España, Sonia Terk-Delau-

nay (Gorosdice, Ucrania, 1885París, 1979) se consagró a la moda y la decoración de interiores, tuvo casa abierta en Madrid, Bilbao y Barcelona, aunque practicó con sus clientes locales un estilo menos vanguardista de lo que era habitual en ella, consiguió clientes importantes como los marqueses de Urquijo y de Valdeiglesias. Aparte de algunas fotografías aparecidas en la prensa, no ha quedado mucho más de aquella aventura comercial. Se sabe también que el Liceo barcelonés le encargó el vestuario para una Aída de 1920, aunque tampoco parece que se haya conservado nada.

Robert (París, 1885-Montpellier, 1941), no trabajó mucho aquí porque se dedicó al negocio de su esposa que acababa de perder, gracias a la revolución rusa, el sobrado modus vivendi que le proporcionaban sus propiedades en San Petersburgo. Aun así, el inventor del simultaneísmo fue objeto de un amplio reportaje en la revista catalana Vell i Nou y expuso sus obras más representativas -14 en total- en la Exposició Municipal d'Art de 1918 celebrada en Barcelona.

Ahora, Barbié expone algunas de las realizaciones españolas como un delicioso boceto de Sonia para una vedette del Petit Casino de Madrid y sus magníficos dibujos para los chales del ballet Cleopatra de Diaghilev, estrenado en Londres en 1918.

Junto a ello, cabe destacar un autorretrato de 1908 y varios paisajes excelentes de Robert, al lado de los bocetos de algunos de sus cuadros decisivos. La obra de Sonia, en Barbié, aparece exultante, con discos, prismas, mosaicos de gran formato, espléndidos diseños de telas y la pieza estelar de la exposición: el conjunto de chaleco y vestido de 1913 que confeccionó en patchwork para bailar el tango, una de las obras maestras del primer arte abstracto del siglo XX.