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El arranque electoral de Sarkozy desestabiliza la campaña de la socialista Royal en Francia

La candidata hace público su patrimonio tras ser acusada de eludir el pago de impuestos

El fulgurante arranque de campaña de Nicolas Sarkozy ha tenido efectos inmediatos en su principal rival, la socialista Ségolène Royal. La demostración de fuerza del candidato de la derecha a la presidencia de Francia, no sólo ha mejorado su posición en los sondeos, sino que ha puesto en evidencia las tensiones que existen entre la candidata y el Partido Socialista (PS). Royal se ha visto obligada a desautorizar al primer secretario, su compañero sentimental, François Hollande, que proponía una subida de impuestos para los que cobran más de 4.000 euros netos al mes.

Royal también desmentía ayer que la pareja hubiera creado una sociedad para no pagar el impuesto sobre la fortuna (ISF), aplicable a patrimonios de más de 760.000 euros.

Según el último sondeo de Ifop para Paris-Match, Sarkozy derrotaría a Royal con el 52% de los votos si ambos se enfrentaran en la segunda vuelta, lo que supone una subida de tres puntos para el candidato de la UMP y una caída idéntica para la socialista. La explosiva salida de carrera de Sarkozy, su omnipresencia en los medios de comunicación y su bien orquestada estrategia mediática, contrasta con la austeridad y sencillez de la campaña que Royal lleva a cabo calladamente de pueblo en pueblo, de barrio en barrio, ateniéndose al modelo de "democracia participativa" que preconiza. En la cúpula del PS, que Royal ha mantenido al margen de la campaña, reina ahora la ansiedad y son muchos los barones que aprovechan la ocasión para exigir un papel más preponderante.

Tal vez para dar ejemplo, Royal no sólo desautorizó públicamente los proyectos fiscales de Hollande -"no me comprometen", dijo-, sino que rescató al candidato derrotado Dominique Strauss-Kahn para que se hiciera cargo del tema. Aprovechando el momento, la derecha ha entrado en campaña con su conocida habilidad para el juego sucio en el momento oportuno. El diputado conservador Jacques Godfrain, haciéndose eco de una serie de rumores que circulaban por Internet, explicó a La Dépêche du Midi que la pareja Royal-Hollande habría creado una sociedad civil inmobiliaria para eludir el pago del ISF.

Según estos rumores, la sociedad civil que han creado Hollande y Royal, junto con los padres del primero, incluiría la casa de la candidata en su circunscripción legislativa de Melle, una vivienda en los Alpes Marítimos y un apartamento en Boulogne Billancourt, a las afueras de París. En su declaración de patrimonio, Royal valora su parte en la casa familiar en 197.800 euros y la de la casa de los Alpes Marítimos en 108.000. Hollande ha demandado a Godfrain y al rotativo que publicó la noticia.

Dureza dialéctica

La candidata socialista reaccionó ayer con gran dureza dialéctica y haciendo público su patrimonio. Llamó "racaille" (escoria), el término utilizado por Sarkozy para referirse a los delincuentes de las barriadas, a quienes intentan "intimidarla". La pareja no está casada, pero hace la declaración de renta conjunta. Por segundo año consecutivo, explicó la candidata, están sujetos al ISF por un monto anual de 862 euros.

Desde el campo de la derecha respondieron con rapidez. Godfrain no forma parte del "entorno" de Sarkozy y, por otra parte, "la polémica no interesa a la UMP", explicaron al alimón los dos portavoces del candidato, el ministro de Sanidad, Xavier Bertrand, y Rachita Dati.

La candidata socialista viajó ayer a Luxemburgo y se reunió con el primer ministro Jean-Claude Juncker. En unas declaraciones claramente destinadas a recuperar la iniciativa política, Royal anunció ayer que, de ser elegida presidenta, intentaría que los países de la Unión Europea se pusieran de acuerdo sobre un nuevo Tratado Constitucional durante la presidencia francesa de la segunda mitad de 2008, de modo que en 2009 pudiera convocarse un referéndum que replanteara la cuestión a los franceses, que con su voto negativo paralizaron el proyecto europeo en la primavera de 2005.

Ségolène Royal pasa ante su compañero sentimental y primer secretario del Partido Socialista, François Hollande, hace dos semanas, en París.
Ségolène Royal pasa ante su compañero sentimental y primer secretario del Partido Socialista, François Hollande, hace dos semanas, en París.AP

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