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EL NUEVO CONSUMO TECNOLÓGICO

Los apóstoles del ordenador confían su futuro a la sociedad del ocio

Steve Jobs (Apple) y Bill Gates (Microsoft), los dos grandes rivales en la industria del PC, han dedicado sus mayores esfuerzos en los últimos años a desarrollar reproductores musicales, consolas de videojuegos y telefonía

¿De qué ríen estos señores? ¿Qué hacen los dos apóstoles del ordenador, uno con teléfono y el otro con videojuegos? los grandes rivales de la industria, al final se han puesto de acuerdo: el futuro no tiene forma de pecé. Si el calendario cristiano comienza con san Manuel, el calendario tecnológico se abre con san Steve Jobs y san Bill Gates, respectivamente la feria Mac-World de San Francisco que inaugura Jobs, y la feria de Las Vegas dedicada al consumo electrónico, que inaugura Gates.

Los dos discursos magistrales,divergentes cuando no opuestos, conforman una visión de por dónde discurre el sector tecnológico. Una, más imaginativa y radical (Jobs), la otra más pragmática (Gates). Son los dos extremos (el Yang y el Ying, el Mac y el Win -dows-), de la industria del ordenador desde hace varias décadas.

Sin embargo, año tras año, las dos intervenciones tienden a hablar menos del pecé, sinónimo de trabajo, y más de los reproductores del ocio. La semana pasada fue más evidente. Gates habló mucho de la consola Xbox 360, y de los Media Center (un ordenador para dirigir el ocio del hogar) y muy poco del Vista y del Office, el software colocado en casi todos las computadoras, y que es la mina de oro de Microsoft, según informaba desde Las Vegas, Lluís Alonso.

Si el ordenador de Gates tenía forma de consola de videojuegos, dos días después en San Francisco, el de Jobs se parecía a un teléfono. En sus dos horas de speech se olvidó de sus Mac y casi del iPod, su último filón. Su nueva zanahoria es un teléfono. De Apple Computer ya no queda ni el nombre. A partir de ahora la empresa se llama Apple, aunque en esto seguro que ha influido más el cierre del litigio que mantenía con el sello musical de los Beatles, informaba desde San Francisco Laia Reventós.

Mientras las presentaciones de Gates en Las Vegas suelen ser insulsas, las escenografías de Jobs en San Francisco son impecables; pura estética, en perfecta combinación de minimalismo y espectáculo. El resultado es que el batiburrillo de productos que presenta Gates nace ya con el escepticismo de los analistas; mientras que las novedades de Apple se envuelven en un entusiasmo que, ciertamente, va más allá de toda crítica. Si el punto de salida es muy diferente, luego en la larga marcha del mercado, las cosas se equilibran. Basta recordar la consola Xbox, que se va abriendo camino, o, por contra, el entusiasmo que despertó la presentación del MacCube, pero que ni sus fans compraron.

La semana pasada se repitió la historia. Gates enseñó diversas baratijas (Home Center, software para Xbox, más tablet PC...). Nada muy nuevo. Dos días después Jobs salió a hombros sacando de su chistera un sólo conejo: un teléfono para hablar, oír música, ver vídeos y navegar: el iPhone.

En cualquier caso, la conclusión del State of Tech, estado de la Tecnología, de Gates y Jobs es que el pecé, como tal, huele a pasado. El futuro es reproducir el ocio en cualquier parte, a cualquier hora, sin cordones, y sin problemas de comunicación entre los aparatos.

Porque si Jobs afirma que reinventa el teléfono, la feria de Las Vegas pasará a la historia de la electrónica de consumo por mezclar ordenadores, aparatos portátiles, móviles, cadenas de sonido y consolas de videojuegos en una maraña donde un extremo es Internet y el otro un televisor. En medio, un conjunto de señales de imagen y de sonido, de muy alta o muy baja resolución, con protocolos de comunicación abiertos o totalmente cerrados, y contenidos de pago o gratuitos. La respuesta, en enero de 2008, en los mismos sitios, a las mismas horas y con los mismos apóstoles: Steve Jobs y Bill Gates.

De izquierda a derecha, el patrón de Apple, Steve Jobs, y Bill Gates, presidente de Microsoft, en una imagen del pasado año.
De izquierda a derecha, el patrón de Apple, Steve Jobs, y Bill Gates, presidente de Microsoft, en una imagen del pasado año.AP/REUTERS

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