Ahorrar agua

De siempre, en mi familia hemos tenido un cierto cuidado para evitar despilfarros de agua. La crítica situación de las reservas hídricas y las campañas institucionales nos ha llevado a esmerarnos en un consumo un poco más cuidadoso. Así, aprovechando las ayudas del Gobierno de Cantabria, hemos instalado "perlizadores" (bonita palabreja) en los grifos y hemos sustituido la lavadora por otra de clase A+ (ahorradora de agua y energía), lo que ha dado lugar a que los últimos recibos reflejen reducciones sucesivas del consumo. Sin embargo, el importe de los recibos no disminuye y ya se imaginan ustedes por qué: el mínimo. Resulta que como consumimos por debajo del mínimo, nuestros esfuerzos en pro del consumo responsable no encuentran compensación, ya que debemos pagar el mínimo, tanto por abastecimiento como por alcantarillado. Únicamente el canon de saneamiento impuesto por el Gobierno cántabro se factura por el consumo real. ¿No sería más justo y estimulante establecer mínimos más bajos y, a cambio, elevar el precio de los m3 excedidos? De esta manera, pagará más quien más gaste, que es el que está en situación de reducir su consumo. Evidentemente, los mínimos deberían tener en cuenta el número de personas de la unidad familiar. Ya sé que lo que digo no es una idea original, pero me parece tan evidente y, sobre todo, tan de justicia, que no logro entender por qué no se aplica.