El Madrid quiere despedir a Beckham ya
"Nos ha estado toreando dos meses", dice Calderón del inglés, al que el club tendría que pagar seis millones de ahora a junio
Fabio Capello, el gestor de grupos más acreditado del mundo del fútbol, ha lanzado una ofensiva para despedir del Madrid a David Beckham. A duras penas soporta el técnico de Friuli ver al inglés en los entrenamientos. Lo quiere fuera del Real Madrid y el club ha puesto todo su aparato administrativo a su servicio. Si los deseos del Madrid se cumplen, Beckham estará fuera del club en las próximas horas. "Florentino le habría parado los pies porque no habría permitido que nadie cuestionara a Beckham", comentaba ayer un portavoz del Madrid, muy próximo al presidente, Ramón Calderón; "pero Capello, más apoyo del club del que recibe no se va a encontrar. ¿Qué quiere que le quitemos a Beckham? Muy bien, si lo cree conveniente se lo quitamos. La apuesta por Capello es firme".
Capello será sancionado con una multa por sus 'peinetas' del domingo contra unos aficionados
El Madrid busca resquicios jurídicos para encontrar una salida urgente para Beckham. Cuanto antes se produzca, más dinero ahorrará el club. Hasta que el inglés anunció su fichaje por el Galaxy de Los Ángeles, el 8 de enero, el Madrid le debía seis millones de euros brutos en concepto de sueldo hasta junio. Ahora, tras observar con asombro cómo anunciaba su marcha, el presidente del Madrid sospecha que el jugador actuó de forma deshonesta. Calderón cree que Beckham ha negociado su nuevo contrato a espaldas del Madrid y fuera del plazo previsto por la FIFA, es decir: antes del 1 de enero.
"Beckham nos ha estado toreando durante dos meses". Calderón, que es taurino viejo, empleó un símil propio de los tendidos para describir el proceder del inglés. El presidente del Madrid se mostró indignado ayer, en declaraciones a Onda Madrid: "Ni él ni sus representantes nos dijeron que había firmado con un club, ni que tenía ya la casa comprada y todo listo para marcharse. Su trayectoria en el Madrid no merecía este final".
Con estas palabras, Calderón respalda la decisión de Capello de apartar a Beckham del equipo. El italiano anunció su decisión el sábado pasado y el domingo, tras la victoria contra el Zaragoza, agregó que el jugador había faltado el respeto al club: "Se ha portado muy mal porque no ha informado al Madrid de que estaba negociando con el Galaxy".
Capello juzga, pero no recoge las pruebas. La información se la proporcionan los ejecutivos del Madrid, responsables de negociar la renovación del contrato de Beckham, que acababa en junio. Estos dirigentes esperaban que el futbolista escuchara ofertas en las próximas semanas y hasta marzo no preveían una respuesta. Creen que, dadas las características de los contratos que suscribe el inglés, con un entramado de cláusulas reguladoras de derechos de imagen y explotaciones varias, es imposible que haya firmado por el Galaxy tras una sola semana de conversaciones. Sospechan de la espectacularidad en que el jugador anunció su ruptura, el pasado día 8. Aprecian que su negociación con el club angelino se remontaba a meses atrás.
En el entorno de Calderón lamentan la vídeoconferencia de prensa de Beckham anunciando su fichaje por el Galaxy. "Eso fue una presentación en toda regla", aseguran; "ese acto no se organiza en dos días". Por su parte, Calderón dejó claro que, si alguna vez existió un idilio entre el futbolista y el club, el romance se rompió: "No me ha gustado el comportamiento de Beckham y a su entrenador tampoco porque ha entendido que tenía la cabeza en otro sitio", dijo el presidente. "Beckham no actuó bien. Hizo ver que ya se siente jugador de otro club".
Desde la oficina de Pedja Mijatovic, el director general deportivo, la situación se pondera con más cautela: "De momento no tenemos pruebas de que Beckham haya negociado antes del 1 de enero. ¿Cómo saberlo? Por ahora seguirá en el Madrid hasta junio".
Además de Beckham, en el orden del día del Madrid ayer se incluyó el procedimiento sancionador de Capello. El entrenador italiano será castigado con una multa, según manda el régimen interno, por haber exhibido dos peinetas, insultando a unos aficionados con el dedo corazón durante el partido del domingo en el Bernabéu. Según fuentes oficiales, el club también se propone identificar a los destinatarios de las ofensas para comprobar que son ellos, efectivamente, quienes dedican improperios al entrenador en cada partido, y así persuadirlos de que no reincidan en provocaciones con consecuencias tan poco decorosas.
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