La amenaza de Chirac sobre el "pequeño francés"
Cuando Nicolas Sarkozy subió al inmenso escenario del recinto ferial de la Puerta de Versalles de París, una corriente de emoción desbordaba el auditorio. Una presentación tremendamente efectiva, que combinaba las imágenes de una cuenta atrás colectiva en las pantallas gigantes con una música in crescendo, había dejado a los militantes con los ojos humedecidos y el ánimo entregado. El "pequeño francés de sangre mezclada" -como se definió a sí mismo- hizo un repaso bastante exhaustivo a la nómina de héroes que este país ha producido y después rindió homenaje a toda la saga gaullista, desde Jacques Chaban Delmas hasta Edouard Balladour, y también a Jacques Chirac, aunque para él sólo tuvo "respeto".
El presidente, el hombre que, como el propio Sarkozy se encargó ayer de recordar, fue quien en 1975 le ofreció su "primer discurso" en un mitin, es ahora la sombra que podría oscurecer su camino hacia el Elíseo. Chirac sigue "reflexionando" sobre si se presentará o no a un tercer mandato y, para ello, se ha dado hasta el mes de marzo. Y ayer se mantuvo al margen del congreso, como había anunciado. Hace dos años, cuando Sarkozy se aupó a la presidencia de la UMP, envió un discurso grabado.
El envite se jugará en las próximas semanas. Si a finales de febrero los sondeos muestran que el candidato de la UMP pierde demasiado terreno ante la socialista Ségolène Royal, todo puede pasar; desde que se presente Chirac hasta que Dominique de Villepin se decida a entrar en liza; sin descartar la posibilidad que más de un analista contempla, que sería una repetición de lo que el propio Chirac hizo con Valery Giscard d'Estaing en 1981, en beneficio de François Mitterrand: dejar ver claramente que su favorita es ella.
Intención de voto
Pero mal le tienen que ir las cosas a Sarkozy. Porque lo que sí está claro es que en esta ocasión no se repetirá la rocambolesca situación de 2002, cuando la dispersión del voto dejó fuera al socialista Lionel Jospin en favor del ultraderechista Jean-Marie Le Pen. Todas las encuestas señalan que entre Sarkozy y Royal acaparan casi el 70% de la intención de voto en la primera vuelta.
Las diferencias entre ambos comienzan por el modo como han sido elegidos. El ministro del Interior obtuvo el apoyo de 229.303 de los 233.779 militantes de la UMP, lo que representa el 69,06% de los 338.520 inscritos. No tenía contrincante. La votación se realizó vía Internet, en una urna electrónica que se abrió el pasado día 2 de enero. No hubo debates, a excepción de cuatro foros un tanto decepcionantes en los que participó la ministra de Defensa, Michèle Alliot-Marie, que finalmente decidió abandonar y subirse al carro del presidente de la UMP.
Royal, en cambio, tuvo que enfrentarse a buena parte de los grandes barones del partido, encabezados por el que fuera primer ministro y candidato derrotado en 2002 Lionel Jospin.
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