"Me preocupa que se utilice la violencia contra la 'Y', pero seguirá adelante"

La consejera de Tranportes y Obras Públicas, Nuria López de Guereñu (Éibar, 1969), admite que le "preocupa"el nuevo escenario que se abre tras romper ETA el alto el fuego, después de que en noviembre trascendieran los planes de la izquierda abertzale de intentar "parar" el tren de alta velocidad.

"Preocupada sí, pero no alarmada", precisa López de Guereñu, quien advierte a ETA de que la Y ferroviaria cuenta con el respaldo mayoritario de la sociedad vasca. "ETA debe medir muy bien lo que hace", recalca la consejera y asegura que "el proyecto seguirá adelante" haya atentados o no porque es un "compromiso y una apuesta" del Gobierno por el progreso.

"El Gobierno tiene la tranquilidad de que la inmensa mayoría de la sociedad vasca respalda el proyecto del tren de alta velocidad"

"La autovía de Leizarán se construyó a pesar de los atentados de ETA y la 'Y' ferroviaria se ejecutará también"

Pregunta. ETA ha roto la tregua con el atentado en Barajas. ¿Cómo puede afectar esto a la Y ferroviaria, dado que la izquierda abertzale se ha fijado como objetivo parar este proyecto?

Respuesta. Siempre hemos tenido muy claro los dos gobiernos (el vasco y el central) la necesidad de coordinar todo lo relacionado con la construcción de la Y. Los temas de seguridad siempre han estado en la mente de las dos administraciones. Apenas dos semanas después del atentado de Barajas, toda la sociedad está en una clave diferente a antes del atentado. Pero yo vivo con la normalidad de que el tren de alta velocidad es una infraestructura que tenemos que ejecutar, y seguiremos trabajando en esa línea. Estoy preocupada, no alarmada.

P. ¿Pero la situación ha cambia de alguna manera? ¿Existe mayor miedo a un atentado?

R. El Gobierno vasco sigue manteniendo los mismos niveles de coordinación en cuestiones de seguridad con el Estado y ya se irán viendo las necesidades que se vayan produciendo.

P. ¿Ha recibido algún aviso del Departamento de Interior de que la situación se puede agravar para la construcción de la Y?

R. La voluntad antes, durante y después de la tregua de ETA siempre ha sido poner en operatividad la infraestructura cuanto antes.

P. ¿Un atentado de ETA podría detener la obra?

R. El compromiso del Gobierno vasco siempre ha sido el de desarrollar este proyecto. Desde 1989, cuando se empezó a esbozar, el Ejecutivo ha tenido claro que era un proyecto vital para Euskadi, antes incluso de que la UE definiera el proyecto como estratégico para Europa. Seguiremos en esa línea, pase lo que pase. Es un proyecto fundamental para el desarrollo de Euskadi y como máxima responsable de la Y trabajaré para que se ejecute lo antes posible.

P. ETA ya atentó en su momento contra la autovía de Leizarán y su presión incluso logró un cambio de trazado. ¿Teme una reedición de aquello o la Y está a salvo de esa eventualidad?

R. La autovía de Leizarán se construyó a pesar de los atentados y la Y se ejecutará también. Mi responsabilidad como consejera del Gobierno es impulsar los proyectos que se me han encomendado y las políticas públicas orientadas a mejorar el bienestar de los ciudadanos. Soy consciente de la importancia del tren de alta velocidad para el futuro de Euskadi y lo seguiré impulsando con todas mis ganas. Como consejera, me preocupa que se pase de una oposición democrática a otro tipo de rechazo más violento, pero seguiré adelante. Ya contábamos con que se pudieran producir sabotajes de los movimientos antisistema, pero tenemos la tranquilidad de que la inmensa mayoría de la sociedad vasca respalda el tren de alta velocidad. ETA debe medir muy bien lo que hace.

P. La izquierda abertzale asegura que no se ha producido un debate social en torno a cuál es el mejor proyecto.

R. La Y ha cumplido con todos los trámites previstos. Se ha debatido socialmente en todos los ámbitos, desde asociaciones a instituciones, pasando finalmente por el Parlamento. El debate se ha dado, tanto a nivel de información pública de la marcha de los proyectos, donde los ciudadanos han podido presentar alegaciones, como por proposiciones no de ley presentadas en el Parlamento y en las juntas generales. Ahora estamos ante el mejor de los trazados como consecuencia de ese trabajo. Puedo estar de acuerdo en que en algunos procedimientos sea necesario dar más voz a la ciudadanía, pero no estoy de acuerdo en que, cuando se ha agotado el camino legalmente establecido, alguien diga que hay que empezar de nuevo porque no le gusta el resultado final. Una postura contraria al proyecto es legítima, otra cosa sistinta es cómo se materializa esa oposición.

P. ¿Es posible que la Y esté operativa en el año 2010, dado el retraso que acumula?

R. Esta infraestructura se podía haber empezado a ejecutar mucho antes si la administración competente, el Gobierno central, hubiera empezado su construcción. La declaración de impacto ambiental se aprobó en el año 2000 y desde entonces se podía haber empezado a construir. El Gobierno vasco lo que ha hecho es ponerse manos a la obra cuando ha visto que el Estado no lo hacía. A partir de ahora, se trata de minimizar los años de retraso y de que las dos administraciones trabajen juntas. Será muy difícil que la línea esté operativa en 2010.

P. Pero en 2001 la extinta Euskal Herritarrok alardeó de que su pacto parlamentario con el entonces Gobierno en minoría presidido por Juan José Ibarretxe había logrado parar entretanto el proyecto.

R. A mí no me consta que se haya producido ningún tipo de acuerdo en ese sentido. El Estado siempre ha sido el competente para ejecutar la obra. Por lo tanto, ¿de quién es la responsabilidad de la paralización?