Alberto de Mónaco se suma a la defensa del medio ambiente

Alberto II de Mónaco presentó ayer en París la fundación que lleva su nombre y que tiene como objetivo la preservación del medio ambiente y la lucha contra el calentamiento global, un objetivo que comparte con el ex vicepresidente norteamericano Al Gore, con quien, aseguró, ya está colaborando.

El príncipe convocó una conferencia de prensa en el Club de Prensa Europeo Norteamericano, la primera a la que se somete fuera del pequeño Estado mediterráneo desde que en 2005 sucediera a su padre Raniero. Respondió -la mayor parte del tiempo en inglés- a todas las preguntas, incluso a aquellas que no se centraban sobre el tema que le había traído a la capital francesa.

Le preguntaron su opinión sobre el acoso al que los paparazzi someten ahora al príncipe Guillermo de Inglaterra y su novia, o que él mismo ha sufrido. "¿De verdad quiere hacerme esta pregunta?", dijo sonriendo. Y defendió el derecho a la vida privada también de las personas que tienen una actividad pública. "Yo hago lo que puedo para protegerme", reconoció, "pero es un problema, los periodistas tienen que entender que demasiada intrusión es inaceptable".

Alberto explicó que la defensa del medio ambiente es una vieja tradición de la familia Grimaldi, y se refirió a su retatarabuelo, Alberto I, que hace más de un siglo realizó algunas de las primeras expediciones al Ártico, razón por la que él mismo, para conmemorar el centenario, alcanzó el Polo Norte el año pasado siguiendo los pasos de su antepasado, concretamente en las islas Spitzbergen, donde el mismo glaciar que fotografió el entonces soberano monegasco se ha retirado ahora seis kilómetros.

La fundación, que nació el pasado mes de junio, tiene entre sus objetivos luchar contra el cambio climático, proteger la biodiversidad y estudiar los sistemas para solucionar los problemas de abastecimiento de agua. En los próximos dos años pretende recaudar 80 millones de euros para crear un fondo que permita una financiación a largo plazo de las actividades de la fundación y consolidar un presupuesto anual de entre 20 y 30 millones de euros. Con estos fondos se apoyarán proyectos que integren la protección del medio ambiente con la innovación tecnológica y sensibilizar a la sociedad sobre la necesidad de actuar "individual y colectivamente" para salvar el planeta.

Este año la fundación ya financiará siete proyectos para demostrar que se puede "reconciliar el desarrollo económico, social y humano con el desarrollo sostenible y el respeto del medio ambiente". Entre ellos figura uno en la localidad chilena de Punta Arenas para recoger biogás de un vertedero con el que alimentar un generador de electricidad. La primera fase será operativa este mismo año.