Un intelectual del Ejército
"¿Puede este hombre salvar Irak?", titulaba la revista Newsweek en su portada en julio de 2004. La pregunta, que sigue siendo válida, se refería al teniente general David H. Petraeus, que acaba de ser elegido por George W. Bush como principal mando militar en Irak. Es inteligente, luchador, muy competitivo y controvertido entre sus colegas: mientras que algunos lo ven arrogante y excesivamente ambicioso, otros creen que es quizá la última esperanza para lograr el éxito en Irak.
Petraeus está considerado como uno de los intelectuales más importantes del Ejército, con un doctorado en la Universidad de Princeton que completa su formación en la academia militar de West Point. A sus 54 años, heredará una de las misiones más duras asignadas a ningún alto oficial desde la guerra de Vietnam: tendrá a su mando a 132.000 soldados en un país destrozado por la insurgencia y las luchas sectarias.
"Tenemos un gran problema, y si alguien puede arreglarlo, es él", dice un colega
El escepticismo abunda. "Le están dando una baza perdedora", dijo el general retirado Barry McCaffrey. "La única buena noticia es que Petraeus es tan increíblemente inteligente y creativo...", añadió.
Después de pasar más de dos años de los últimos cuatro en el país árabe -que le han dado un buen conocimiento de las fracturas étnicas y de los límites de la influencia de EE UU-, Petraeus cree que un Irak estable y pacífico es aún posible, pero no sin aumentar la seguridad.
Como comandante de la 101ª División Aerotransportada, Petraeus entró en combate en Nayaf, Kerbala y Hilla. Pero fue durante la ocupación de Mosul cuando se ganó elogios generalizados, al lograr resucitar la economía local, restaurar los servicios y preservar el orden. "¿Qué has hecho hoy para ganarte los corazones y las mentes de los iraquíes?", se podía leer en los pósters en su división.
El teniente general estuvo también en Irak como responsable del entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes y ha escrito buena parte del nuevo manual de contrainsurgencia del Ejército, que enfatiza la protección de la población local y la seguridad como condiciones para la estabilidad.
Petraeus, que ha de ser confirmado por el Senado y ascendido a general, ha dicho a sus amigos que no se hace ilusiones por la complejidad de la tarea. Poco acostumbrado al fracaso, este hijo de un capitán holandés es, según un ex ayudante, "el hombre más competitivo del planeta", lo que, junto con su ahínco y su inteligencia, le ha dado el mote de "rey David". Para Conrad Crane, que le ayudó a escribir el manual, "tenemos un gran problema, y si alguien puede arreglarlo, es él".
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