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Crónica:Fútbol | Copa del Rey: ida de los octavos de final
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Alavés se desangra ante Saviola

La Ertzaintza evita que los hinchas radicales se acerquen al banquillo albiazul en un partido que decidió el argentino

Mendizorroza sigue como cuando lo gobernaban Gonzalo Antón, en los despachos, y Mané en el terreno de juego. Sin embargo, por fuera es otra cosa: unas magníficas piscinas, un estadio de atletismo, un campo de futbito y balonmano, un club social. Al otro lado, un magnífico aparcamiento y una calle que se asemeja a cualquier milla de oro, con palacetes y chalets por donde se pasea con calma. Al fondo, Ajuria Enea, la sede del lehendakari. Lo malo es que entre lo uno y lo otro, entre las mismas tribunas que una vez recibieron al Inter de Milán o al Bayer Leverkusen hoy sólo hay cemento y frío, un estado de melancolía solamente rota por los insultos a Piterman y un fatalismo que no conduce a ninguna parte. Salvo a los conflictos de orden público que ayer obligaron a intervenir a la Ertzaintza en las gradas del campo, cuando un centenar de jóvenes se aproximaba a los banquillos y al palco y no para llevar un regalo al empresario ucraniano. El gol de Saviola fue el reclamo para pasar de los gritos -"Dimitri, puto cobarde", "Dimitri muérete, diles que se vayan", "Dimitri escoria, fuera de Vitoria"- a los hechos. La Ertzaintza frenó el paseo de los hinchas mas radicales, que aún así vaciaron un extintor en la grada sin que los hechos fueran a más. Una vez más, el orden público prevaleció sobre el fútbol o lo que fuera eso que ocurría sobre el terreno de juego.

ALAVÉS 0 - BARCELONA 2

Alavés: Ardouin; Uranga (Ángel, m. 63), Gaspar, Casar, Coromina; Carpintero (Elton, m. 52), Medhi Lacen; De Lucas, Arthuro (Ogbeche, m. 68), Gabri; y Aloisi. No utilizados: Bonano; y Thiago.

Barcelona: Jorquera; Belletti, Puyol, Márquez, Sylvinho; Xavi, Edmilson (Motta, m.77), Iniesta; Giuly (Gio, m.58), Saviola y Ezquerro (Gudjohnsen, m.71). No utilizados: Valdés; y Olmo.

Goles: 0-1. M. 57. Saviola controla y remata un centro de Giuly después de una pared. 0-2. M. 80. Xavi bota un córner, peina Márquez en el primer palo y Saviola remacha de cabeza.

Árbitro: Teixeira Vitienes. Expulsó a Coromina por doble amonestación (m. 76).

Unos 6.000 aficionados en el estadio de Mendizorroza. Dimitri Piterman, presidente del Alavés, fue constantemente abucheado.

Marcó Saviola dos veces, pero para entonces el partido era un conflicto de orden público
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La ira de Mendizorroza

Ni el Barça con su pedigrí, con sus figuras, con el aliciente de la Copa el Rey que siempre alimenta la épica, fue capaz de sacar a Vitoria de su fatalismo. Seis mil espectadores decidieron que igual era un buen día para ver jugar al fútbol, incluso para ver bellos goles y de paso echar un rapapolvo al presidente, que esta vez huyó del banquillo y se refugió en el palco no fuera a ser que... "¡Piterman, cobarde!", le gritó la grada desde el principio, defraudada por la espantada del superman ucraniano.

Ahí, en ese espacio rodeado de lujo y buenas instalaciones, había un partido de fútbol que retrató por igual la melancolía alavesista y la suficiencia del Bar-ça. Habida cuenta de que el Alavés, por ser lo que es (un volcán sin lava, una cuadrilla desorientada, sin jefe ni ascendencia) ni juega, ni ataca, ni presiona, ni hace faltas, al Barça se le pusieron las cosas tan fáciles que se aburrió de atacar. Lo intentó por todos los lados, con la comodidad que da que el contrario te entregue tres cuartos de campo y, así, convierta a los centrocampistas en medio puntas obligatorios. Pero al Barça le fallaba el último pase y cuando no el remate. Especialmente impúdicos fueron un disparo de Sabih dentro del área y, especialmente, un cabezazo fallido de Ezquerro en la boca del gol. Del Alavés había las mismas noticias que de Piterman. Pasaban por allí, corrían lo justo y paseaban su tristeza mientras el Barça se hartaba de balón, no siempre con buen criterio, meneando el árbol hasta que la fruta cayera gratuita. Y calló en la vigésimosegunda o trigésimocuarta vez que el Barça se aproximaba a la portería de Ardouin. Marcó Saviola por dos veces, pero para entonces el partido ya era un conflicto de orden público, un debate entre una afición que no quiere a un presidente y un presidente que pasa de la afición y que probablemente pretenda que todo se hunda aún más para que su salida sea una bendición más que una huida. Y mientras tanto, se juegan partidos en Mendizorroza en los que el público es protagonista y los futbolistas unas seres ninguneados. El Barça, llegó, ganó y se fue. El resto no era su problema.

Saviola supera a Coromina.
Saviola supera a Coromina.EFE

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